El Sacrificio Perfecto

Domingo 01 de Abril del 2012

Por: Dr. Antonio Bolainez*

"Se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra. Y puesto de rodillas oró, diciendo: «Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Entonces se le apareció un ángel del Cielo, para fortalecerlo. Lleno de angustia, oraba más intensamente. Y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra."  Lucas 22:41-44.

INTRODUCCIÓN

Este domingo 1 de abril del 2012, inició en toda la cristiandad los servicios recordatorios de lo que fue la última semana de la vida pública del Señor Jesús, mejor conocida como La Semana de la Pasión, y muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. No cabe duda que estos días son importantes para traer en una forma muy especial el recuerdo de lo que fue ese precioso sacrificio, que le dio vida y esperanza a toda la humanidad, sin importar el color de su piel o condición social.

Aunque ese sacrificio fue sumamente doloroso, teniendo en cuenta que fueron los mismos demonios en su totalidad, quienes se unieron ese día, junto a Satanás, para provocar profundo dolor en el sacrificio del Señor.

En algunas prédicas yo he dicho que ese día de la pasión y muerte del Señor, todos los demonios regados en todo el mundo se trasladaron junto a Satán, a Jerusalén.

Ese día, los brujos en los indígenas de América quedaron libres, aunque haya sido sólo por ese día, ya que los demonios estaban ocupados en hacer todo lo posible por derrotar al Señor.

Pero en esta corta reflexión, más bien quiero enfocarme en lo que fue la fecha de la crucifixión y todos los acontecimientos dados desde el inicio de esa noche, que culminó al siguiente día, en el monte calvario.

EL DÍA DE LA PASCUA

La Pascua es la fiesta más importante para toda la comunidad judía en todo el mundo; se celebra todos los años en el día 14 del mes Nisán, en el calendario judío.

Este es un calendario lunar que también es el calendario de la Biblia. Es por eso que la celebración de la Semana Santa católica, en la mayoría de las veces, no coincide con el calendario judío, ya que la iglesia Católica se rige por el calendario Gregoriano; es decir, el calendario solar.

La Semana Santa católica sólo coincide con la fecha judía cada cuatro años; en esta ocasión coinciden en la misma fecha.

Esta fiesta, La Pascua, conmemora la última noche del pueblo de Israel en Egipto, también conocida como “La Noche de la Muerte de los Primogénitos Egipcios”. Y también como “La Noche del Sacrificio de los Corderos”, historia debidamente conocida en todo el pueblo de Israel y en toda la cristiandad; por lo tanto, no voy a hondar sobre eso, pero sí es importante que lean Éxodo 12 al 14.

"Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y
pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de
Egipto. Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová
durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis." Éxodo 12:13-14.

Desde esa primera noche en Egipto, y hasta hoy en día, el pueblo de Israel no ha dejado de conmemorar esta solemne fiesta; sólo que hoy en día se festeja muy diferente que en la misma época de Jesús.

La razón es muy conocida, y es que hoy en día, Israel no sólo no tiene su templo para hacer sus sacrificios, sino que también el pueblo todavía no está todo reunido en su tierra.

Pero hay una gran parte de esta celebración que todavía continúa vigente como hace 2 mil años atrás; tocaré sólo una parte de esas prácticas, y las compararé con lo que fue esa última noche del Señor Jesús, y el siguiente día.

En esta ocasión, La Pascua judía iniciará este próximo viernes a las 18:00 horas (seis de la tarde, hora de Israel), tiempo en que inicia oficialmente el día en Israel; es decir, ese día a las 18:00 horas (6 de la tarde) inicia el 14 del mes Nisán del año 5,772.

Por lo tanto, esa noche, todas las comunidades judías iniciarán con la famosa cena del “Seder”. Es decir, la orden. Es una cena preciosa, y sumamente cargada de profundas remembranzas de lo que fue la salida del pueblo de Israel, aquella noche de Egipto.

JESÚS Y LA SANTA CENA

Esa noche, pero hace 2 mil años, el Señor Jesús, como buen judío, celebró esa cena junto a sus discípulos. Esos momentos debieron haber sido preciosos para el Señor Jesús: Estar sentado junto a sus discípulos.

"Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus
discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y
habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi
sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los
pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta
aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre." Mateo 26:26-28. 

Él sabía que sería la última cena con ellos, de modo que no perdió ni un solo minuto; se tomó todo ese tiempo para dar instrucciones a ellos y dar sus últimas enseñanzas.

Se centró profundamente en recordarnos que somos simples servidores de Él. Que Él nos escogió no para enseñorearnos de las ovejas, sino de pastorear a las ovejas; nos exhortó a permanecer siempre humildes, y no soberbios y altaneros.

Debió haber sido impresionante para sus discípulos verlo a Él, en forma profundamente humilde, lavar los pies de ellos. (Cómo desearía ver a los falsos pastores, falsos profetas y falsos apóstoles, que volvieran a leer todos los capítulos de los evangelios que narran ese momento impresionante; en especial la narración de Juan. Sin embargo, estos farsantes se hacen acompañar de guardaespaldas, y son sumamente soberbios; sin embargo, ellos no son culpables. Los culpables son sus congregantes, pues en lugar de reprenderlos, ellos mismos los idolatran. Por lo tanto, ambos se podrían ir al infierno si no se arrepienten).

Jesús dando una lección de humildad al lavar los pies de sus discípulos.
El Señor todopoderoso, inclinado sirviendo a sus discípulos.

Después de haber cenado y haberles dado las últimas recomendaciones, El Maestro divino salió junto a ellos al monte De los Olivos, especificamente en las faldas del cerro, frente al templo, en un huerto de árboles, para orar y prepararse para los momentos más duros de su vida pública.

Debo mencionar que en esta cena, Él oró por todos nosotros; es decir, por la Iglesia de todos los tiempos. Nos encomendó al Padre, y le pidió no que nos quitara de este mundo, sino que nos guardara del mal.

Cuando me pongo a pensar en esa preciosa oración que Él hiciera por nosotros, para que el Eterno nos guardara del mal, me impacta grandemente el ver cómo Satanás, con todos sus controles en este mundo y con toda la multitud de gentes malévolas al servicio de él, no nos puede hacer daño, pues estamos siempre bajo la poderosa mano de nuestro Señor Jesús.

Ahora, en el monte De los Olivos, Él tomó tiempo para orar por Él mismo, en su condición de humano; sólo Él sabía lo duro que sería en las próximas horas, cuando las huestes de las tinieblas entraban en control de los falsos religiosos, e iniciarían el proceso de la cruz del calvario.

Sólo Él sabía todos los escarnios y flagelaciones a los que sería sometido por estas huestes de las tinieblas; en toda su vida pública nunca se sintió tan solo como en esos momentos.

Él quería que sus discípulos lo acompañaran, pero ellos estaban muy cansados y no pudieron estar con Él en esos momentos.

"Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo
a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la
verdad está dispuesto, pero la carne es débil." Mateo 26:40-41.

Sólo esos viejos árboles de olivos, que todavía están en ese huerto, nos pudieran narrar, si pudieran hablar, de la intensidad de esa solemne oración que Él hizo por Él mismo en esos instantes, donde pide al Padre que si puede pasar por alto lo que viene, que lo haga, pero que se hiciera su voluntad.

Pero no había otra alternativa, por lo que un tierno ángel vino a consolarlo.

En esos momentos de angustia, previo a ser entregado para ir a la cruz, algunos dicen que sus primeras gotas de Sangre preciosa que nos redimió de nuestros pecados, se dieron en esa noche en ese huerto.

Terminando esa profunda oración, vino Judas Iscariote, y los soldados del templo, para arrestarlo, y con ello iniciar lo que fue su sacrificio perfecto al día siguiente, a las 15:00 horas (3 de la tarde), la hora en que el sumo sacerdote ofrecía el cordero pascual.

A esa hora, nuestro precioso Señor Jesús terminó su obra expiatoria con una triunfante frase: “CONSUMADO ES”. Para tres días después levantarse victorioso de la tumba, que hasta el día de hoy permanece vacía.

"Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que
Pedro, y llegó primero al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos
puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el
sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre
la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar
aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al
sepulcro; y vio, y creyó. Porque aún no habían entendido la Escritura, que
era necesario que él resucitase de los muertos." Juan 20:3-9.

He querido compartir con todos ustedes, mis queridos lectores, esta breve reflexión, para que aprovechemos estos días, para contar a nuestros hijos y parientes en forma solemne la más bella historia de la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús.

CONCLUSIÓN

Como habrán notado, la reflexión que he hecho es corta; sólo para que tomemos un tiempo esta semana para hablar con nuestros seres queridos, lo que fue esa preciosa noche previo a su crucifixión.

Como dije, debió haber sido precioso esa noche para los discípulos ver al Altísimo sentado con ellos en la celebración de esa cena. Que por cierto, Él nos instó, como Iglesia, a hacer la ceremonia de esa cena, conocida hasta hoy en día como La Santa Cena.

Desgraciadamente hoy en día nuestras iglesias evangélicas no le toman mucho respeto a recordar lo que fue ese precioso sacrificio en estos días, y en la mayoría de los casos, ya ni celebran La Santa Cena.

Otras sí lo hacen, pero no le dan la solemnidad que se merece recordar esa última cena del Señor. Ese hecho el Apóstol Pablo nos exhorta a hacerlo, pues cada que vez que una iglesia lo hace, la venida del Señor anuncia.

El Señor mismo nos dijo que anhela volver a comer esa cena juntos, sólo que esta vez será en la patria celestial.

Los invito a leer esta preciosa historia en los cuatro evangelios. Les aseguro que tendrán momentos preciosos, y se les vendrán las lágrimas al recordar lo que el Santísimo Eterno Dios Todopoderoso hizo por ti y por mí.

Los dejo con las palabras del Señor Jesús:

"Mientras comían, tomó Jesús el pan, lo bendijo, lo partió y dio a sus discípulos, diciendo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados. Os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día en que lo beba de nuevo con vosotros en el reino de mi Padre." Mateo 26:26-29.

Felices pascuas y el Eterno les bendiga.

Shalom.

Dr. Antonio Bolainez 




* El doctor Antonio Bolainez es un reconocido escatólogo (estudioso de las profecías del final de los tiempos), dirige el Ministerio Evangélico Cristiano Internacional "Bolainez Ministries Inc." y radica en Texas, USA. Dios ha permitido a este Ministerio viajar por el mundo, compartiendo las Sagradas Escrituras, las buenas nuevas de nuestro Señor Jesucristo y las advertencias proféticas de los últimos días.

Sitio Web de Bolainez Ministries Inc. (Dr. Antonio Bolainez):

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