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| El evangelista Jorge Raschke, junto con el encarcelado General Manuel Antonio Noriega, quien gobernó de facto Panamá entre 1983 y 1989. |
¿Cuándo conoció a Manuel Antonio Noriega?
Yo conocí a Noriega en 1982, en el Cuartel de la Guardia Nacional de El Chorrillo.
Mi encuentro con él fue porque una secretaria de él me pidió que fuera a verlo, ella era evangélica.
Cuando lo conocí me dijo: “Reverendo, usted está haciendo un bien a este país, y no lo va a tocar nadie”. Ese día me enteré que era un hombre con mucha influencia. Oré por él, porque él sufría de migrañas, y le dije: "Usted va a llegar bien alto en este país, pero cuando llegue alto use bien el poder que se le va a dar".
¿Cuándo volvió usted a Panamá?
En noviembre de 1986 regresé, realicé una gira por todo el país, y terminé en el estadio del Artes y Oficios, y ahí predije una profecía.
Ese sermón fue histórico, denuncié toda la injusticia de los ricos hacia los pobres, la desigualdad económica, religiosa, la corrupción. Les dije que la economía de Panamá se iba a ir al piso y que la sangre iba a correr.
El mensaje fue fuerte contra toda la estructura del Gobierno, pero nunca hubo intimidación ni una amenaza, se me respetó.
También predije que después de toda esa crisis, el país iba a resurgir con una nueva esperanza, con un nuevo futuro.
¿Se reunió con Noriega en esa ocasión?
No. En esa ocasión no lo vi.
Antes de la invasión, ¿tuvo algún contacto con Noriega?
Sí, hubo una comunicación de la oficina del general a mi oficina, pero nunca atendí porque estaba ocupado.
Eso fue cuando empezó la crisis en Panamá, él pidió que viniera pero yo no pude.
¿Qué pasó cuando se enteró de la invasión de Estados Unidos a Panamá?
Yo vi todo el asunto de la invasión en televisión. Vi como Noriega fue arrestado y cómo se lo llevaron los norteamericanos, y oré por su alma.
¿Visitó a Noriega en la prisión en Miami?
Cuando supe que Noriega estaba detenido en Homestead, en Miami, me enteré de que había una lista de las personas que podían visitarlo y me dijeron que mi nombre estaba en la lista.
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| General Manuel Antonio Noriega, cuando gobernaba Panamá. |
Yo hice las gestiones, llamé aquí a Panamá y fue todo un proceso, él ya tenía algunos años ahí, fue a principios de la década de los noventa.
Cuando llegué, en un rincón había una especie de cápsula antibalas donde cabían cuatro personas. Traen a Noriega vestido de general, no de preso, y entramos a la cápsula y nos advierten que hay cámaras y micrófonos.
Me sorprendió que llegó con una biblia en la mano, porque yo sé que él no era muy religioso.
Noriega me dijo: "El mensaje que diste en el 86, yo tenía ese cassette y en esos momentos te escuchaba una y otra vez, día y noche. Era la voz de Dios que me hablaba y eso fue lo que me sostuvo".
Yo le dije: "Dios permitió que se lo llevaran los americanos, y usted está aquí por la voluntad de Dios, porque él quería salvar su vida y su alma".
Después de dos horas llegaron dos de sus hijas, y le dije: "Dios lo va a dejar aquí en Homestead hasta que usted brinde un testimonio a Dios de que usted no va a volver a sus viejos caminos", cuando yo dije eso pensé que me iba a botar de ahí.
A sus dos hijas le bajaban las lágrimas, y una de ellas dijo: "Papá, sabes que es verdad lo que el reverendo dice". Lo que me impactó fue que bajó la cabeza, ahí vi a un hombre que era un orgulloso y soberbio siendo humilde, y dijo: "Yo acepto la voluntad de Dios".
No volví a verlo más.
¿Cuándo volvió a ver a Noriega?
Ayer (lunes 28 de mayo) recibí una llamada y fui al hospital, el guardia no me quería dejar subir pero al final pude entrar.
Cuando lo vi, le cambió el rostro y me dijo "Yo sabía que usted no podía irse sin verme".
Lo vi en aquella silla de ruedas con el rostro resplandeciente, nos abrazamos y nos sentamos a hablar profundamente. No voy a decir sobre qué hablamos, lo único que te diré es que lo aconsejé y me demostró que verdaderamente ha tenido una experiencia con Dios.
Le dije: "Tu vida no ha terminado todavía, tú puedes ayudar mucho a sanar a este país, porque este país tiene que pasar la página y sanarse. No todo el mundo te va a perdonar, no todo el mundo te va a aceptar, pero si Dios te acepta es porque te ha perdonado".
¿A qué se refiere cuando dice que Noriega tuvo una experiencia con Dios?
La experiencia con Dios es el arrepentimiento. En su humildad noté que hay un cambio, y hay que darle una oportunidad para que lo demuestre. Creo que él dará unas declaraciones muy importantes, cuando sea el momento preciso.
¿Qué opina de la petición que hicieron sus familiares?
El presidente Ricardo Martinelli tiene que dar un paso valiente y mandar a ese hombre para su casa.
Él no es una amenaza para nadie, sino para aquellos que quizás tienen miedo de los hechos ocultos que piensan que pueden salir a la luz. Para los que resultaron afectados por Noriega, les doy este mensaje: no hay cosa más grande que perdonar. A los que tienen miedo de que él hable, confiésense con Dios y tengan fe de que uno tiene que enfrentarse con confianza a los esqueletos en el clóset, porque si tienen tanto miedo al pasado sus pecados los alcanzarán, con Noriega o sin Noriega.
Al país, que pase la página y comience un periodo de sanidad.
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Gloria a Dios!!!!!!!!!!
ResponderEliminarbendice a tus siervos q caminan por la senda antigua en tiempos finales.
Sigan predicando el verdadero evangelio!!