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| David Cameron. |
LONDRES, Gran Bretaña (ReL / Protestante Digital) Ha sorprendido el discurso navideño del Primer Ministro británico, David Cameron, que ha sido el más evangélico y cristocéntrico que se ha escuchado en muchas décadas, y que desde luego en España (y muchos otros países) hubiera sido inconcebible, y al que ni de lejos ningún Presidente de Gobierno, ni el Rey de España se ha acercado.
Ya en su discurso en el 2011 Cameron dejó “caer" que piensa que los valores bíblicos "van al corazón" de lo que significa ser británico, aunque admitía que él no era más que un "cristiano vagamente practicante" y "lleno de dudas" respecto a asuntos teológicos.
Pero el de este año ha sido tan contundente que ha sorprendido en una Inglaterra que, curiosamente, está más secularizada que nunca.
LA “PREDICACIÓN” DE CAMERON
"La Navidad nos da la oportunidad de recordar la historia de Navidad, la historia del nacimiento de Jesucristo y la esperanza que lleva a los incontables millones que le siguen", afirmó.
"El Evangelio de Juan nos dice que en este Hombre estaba la vida, y que la vida era la luz para toda la humanidad, y que vino con gracia, verdad y amor. De hecho, la Palabra de Dios nos recuerda que Jesús era el Príncipe de Paz".
Aquí, Cameron usó dos versículos del inicio del Evangelio de Juan ("En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres" -Juan 1:4- y "El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad" -Juan 1:17-), juntándolo con el título que da el profeta Isaías al Mesías, que será "Príncipe de Paz").
Y concluyó así el primer ministro británico: "como quiera que celebren ustedes esta época del año, es mi esperanza y oración que tengan unas felices Navidades llenas de paz".
A CONTRACORRIENTE DEL PAÍS
Cameron va contracorriente, en un país secularizado y anticristiano en muchos aspectos, valores e incluso leyes.
Por ejemplo el Partido Conservador, el de Cameron, quiere aprobar el matrimonio homosexual (aunque con más de cien diputados de distintas fuerzas oponiéndose) y se ha cerrado hasta la última agencia de adopción cristiana por negarse a entregar niños para ser adoptados por parejas del mismo sexo.
Además, una ley inglesa permite a los empresarios despedir a los trabajadores que lleven una cruz colgada al cuello, aunque esté tapada, y los abogados del Estado británico piensan defender esta ley en la Corte Europea de Derechos Humanos.
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