Domingo 01 de Febrero del 2009
Por: Rev. Dr. George O. Wood*
INTRODUCCIÓN:
En mi viaje que abarcaba dos meses en la América Latina, descubrí una influencia alarmante de las ideas erróneas del obispo protestante carismático Earl Paulk y otros. Estos enseñan que “el reino de los cielos” en su sentido final ya existe en la tierra y ofrece según ellos, opciones que no concuerda con la Palabra de Dios. Hablan de la “teocracia” como modelo para hoy y presentan conceptos del reino que, en verdad, pertenezcan a la edad venidera. Ya están llegando directamente a los pastores evangélicos y pentecostales los escritos de los que interpretan la Palabra de Dios en formas cada día más equivocadas.
Aquí va una advertencia sincera: “Cuidado, hermanos. Este asunto del llamado ‘Reino Presente’ niega la pronta venida del Señor y, hasta cierto punto, es una nueva versión de los errores de la ‘Teología de la Liberación’. Ojalá que la influencia de estos profetas falsos sea detenida en medio nuestro. Es de suma importancia que cada pastor, líder o miembro de iglesia lea este artículo que sigue del reverendo George O. Wood, para estar enterado del peligro de esta falsa doctrina. Lleva consecuencias muy tristes como este artículo lo demuestra”. (Introducción por el Rev. Lorenzo Triplett).
Aquellos que abogan por la “Teología del Reino Presente” o como otros lo llaman “el Reino Ahora”, han invadido, por así decirlo, las iglesias evangélicas y pentecostales con una doctrina que se opone a los principios básicos de nuestra fe. Esta enseñanza engañosa procura trasladar al presente las bendiciones prometidas de Dios para una edad futura. Aquellos que aceptan esta doctrina no esperan ya el inminente retorno de Cristo y el fin cataclísmico del mundo; procuran en cambio hacer perfecto este mundo presente. En parte, tienen la esperanza de crear un orden político dominado por los cristianos. Buscan así mismo abolir la enfermedad del cuerpo, y hasta la muerte. Creen que mediante la obtención de este orden perfecto apresurarán el retorno de Jesucristo. Si dejamos que germine esta doctrina en nuestras iglesias, ¿cómo afectará a nuestra obra misionera esta enseñanza contraria a la Biblia?
La última novedad que arrasa a las colectividades pentecostales y carismáticas es la ideología denominada “Reino Presente”. Como su nombre lo insinúa, esta teología afirma que el reino de Dios existe ya en la tierra.
Esta nueva ola, como las viejas olas de la lluvia tardía, la expulsión de demonios de los creyentes y la confesión positiva, está destinada a ser exportada a tierra extranjera. Pero la aceptación de la teología del Reino Presente por las iglesias provocará siete significativos y desastrosos resultados:
1. Toda la enseñanza bíblica relativa al cumplimiento literal de acontecimientos profetizados será abandonada: el Arrebatamiento o Rapto de la Iglesia, la Gran Tribulación, el gobierno del Anticristo, la salvación nacional de Israel y el milenio.
En resumen, todos los mensajes proféticos tanto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo serán descartados, en el sentido de que se han cumplido ya o se están cumpliendo simbólicamente. Sólo el retorno final de Jesucristo en algún futuro distante quedará intacto, y algunos de los adherentes al Reino Presente abandonan hasta esta esperanza.
2. La Iglesia tendrá una misión más amplia que la proclamación de la salvación personal por medio de Cristo.
Repentinamente la Iglesia descubrirá que tiene que ayudar al ser humano a recobrar el dominio sobre la tierra que fue perdido en el Edén. Será necesario “cristianizar” los sistemas políticos, sociales y económicos de las naciones y culturas. Los creyentes no deberán perder el tiempo esperando el Arrebatamiento o Rapto de la Iglesia. En cambio, la Iglesia necesitará demostrar ante el mundo que es un paraíso de Dios para la solución de los problemas que corrompen el mundo. A su vez, el mundo esperará que la Iglesia ejerza su liderazgo y controle los sistemas mundiales.
3. La Iglesia no podrá más proclamar el inminente retorno del Señor Jesucristo; en cambio, tendrá que enseñar que Jesús no puede venir hasta que la Iglesia haya preparado al mundo para su venida.
La Iglesia necesitará ser reeducada a fin de comprender que la enseñanza del Arrebatamiento o Rapto de la Iglesia es una doctrina que le ha sido suministrada por Satanás para adormecerla a fin de que acepte una mentalidad escapista. Sólo cuando la Iglesia haya terminado de “cristianizar” (ejercer dominio) sobre el mundo, podrá finalmente llamar al Señor para que retorne desde los cielos. Hasta esa época, la Esposa no se habrá preparado para el Esposo.
4. La Iglesia no podrá depositar su confianza en la Palabra escrita para la doctrina.
Tendrá que desarrollar un ministerio quíntuple de apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, de quienes la Iglesia derivará el liderazgo. Las palabras de estos nuevos apóstoles y profetas serán obedecidas y no serán puestas a prueba por la Iglesia. La puerta quedará abierta para una revelación continua mediante la cual Dios revelará aspectos de su voluntad y caminos que no se encuentren en la Biblia.
Congreso sobre la Teología del Reino Presente donde participaron los llamados "apóstoles y profetas" de la Nueva Reforma Apostólica. |
5. La Iglesia echará una nueva mirada a la adoración.
La adoración tendrá que convertirse en algo más que el rendir culto a Dios; se convertirá también en un otorgamiento de poder espiritual a fin de restaurar a la Iglesia y elevarla a la perfección. La capacidad de la Iglesia de “gobernar” o “ejercer dominio” brotará de su vida de adoración - el tabernáculo de David vivo y espiritualmente restaurado.
6. La Iglesia reavivada, prevista por los que proponen el Reino Presente, demandará un nuevo tipo de creyentes: superhombres y supermujeres. A los creyentes se les enseñará que son más que seres humanos.
Algunos maestros del Reino Presente aceptarían el ser “pequeños dioses”. “Los perros engendran perros, los gatos engendran gatos, y Dios engendra dioses” es su divisa. La enseñanza relativa a “los pequeños dioses” completa el énfasis iniciado por la confesión positiva, que promueve salud y riquezas ilimitadas. “Los pequeños dioses” poseen aún más: dominio ilimitado y divinidad.
Algunos adherentes al Reino Presente llevan más lejos la idea de ser “pequeños dioses” aferrándose a la posibilidad de que somos “la manifestación de los hijos de Dios”, los Enocs y Elías del Reino Presente. Constituyen la raza de creyentes cuyos cuerpos serán transformados, no por la venida del Señor Jesucristo, sino por su secreta manifestación interior, que procede de sí mismos.
7. Finalmente, la Iglesia en todas partes será llamada a la “unidad”.
Puesto que los maestros del Reino Presente no quieren que nadie desafíe sus enseñanzas, procuran reducir a silencio a sus críticos sugiriendo que los creyentes dejen de lado sus diferencias y se plieguen a un testimonio común. El principal proponente de esta teología ha extendido su invitación a la unidad hasta a los mormones, a quienes denomina “hermanos y hermanas”.
¿A QUÉ CONCLUSIÓN DEBEMOS LLEGAR RESPECTO A TODO ESTO?
Primero, debemos insistir que los vocablos “Reino” y “Presente” no deben emplearse hasta el abuso. El “Reino” es un gran vocablo bíblico, como lo es “Presente”. Sin embargo, estos falsos profetas modernos han contaminado sus significados, a fin de que les sirvan para sus propios fines.
Segundo, debemos recobrar la comprensión bíblica del Reino. El Reino actual es el reino o gobierno de Jesús en el corazón humano que lo recibe (Lucas 17:21); es espiritual e interno. El Reino futuro (Apocalipsis 12:10) es literal y externo; el diablo y la muerte misma serán destruidos (Apocalipsis 20:10,14).
Los proponentes del Reino Presente yerran cuando procuran trasladar las bendiciones del reino futuro a la edad presente. Arriban a conclusiones totalmente erróneas respecto de la misión de la Iglesia y la naturaleza de los redimidos. Eliminan asimismo la necesidad de la fe y la esperanza.
Según la enseñanza bíblica relativa al reino futuro, los creyentes disfrutarán del control político del mundo, prosperidad universal y salud, y el fin de la injusticia y la muerte. Pero los proponentes del Reino Presente no quieren afrontar la enseñanza bíblica en el sentido de que estas bendiciones son de la edad presente.
Tercero, debemos oponernos vigorosamente a la enseñanza del Reino como la que acabamos de definir, de lo contrario la Iglesia caerá en un grave error. Tal error conducirá al creyente a separarse de Cristo, y motivará que el individuo finalmente caiga en la desilución cuando descubra que es un ser mortal, después de todo, que carece de dominio, y no es un “pequeño dios”. La enseñanza típica de la teología del Reino Presente consiste en que Cristo es disminuido y el hombre magnificado. Este énfasis, común en todas las sectas, constituye una trampa mortal para los creyentes que son cautivos por él.
¿Recuerda el lector al accidente del vuelo 007 de las Aerolíneas Coreanas el 31 de octubre de 1983? El avión había partido del aeropuerto de Anchorage, en Alaska, con dirección a la ciudad de Seúl en Corea. Es evidente que antes de la partida, el piloto había marcado números equivocados en la computadora del avión. Al parecer, dos números habían sido invertidos, resultando en un error de navegación de un grado y medio.
Al principio el error fue imperceptible. Después de haber recorrido unas 100 millas, el vuelo 007 apenas se había desviado de su ruta. Pero aquel vuelo equivocado lo internó finalmente en Rusia. Aunque el error era mínimo al principio, la consecuencia final fue un desastre de mayores proporciones.
Yo trato el error de una herejía en la misma forma que trato el error de este vuelo. Analizo su punto de partida, y al parecer se ha desviado de su curso solamente un poquito. Pero mientras avanza, se desvía cada vez más y finalmente arriba a un punto muy distante del que se proponía.
El concepto del Reino Presente comienza con divergencias solamente sutiles respecto de las enseñanzas tradicionales de la Biblia. Pero cuando llega a los “pequeños dioses” y la “manifestación de los hijos de Dios” se ha apartado de tal manera de su ruta que ya no se la reconoce como doctrina cristiana.
La mejor regla práctica para determinar si una doctrina es sana no es preguntándose “¿Qué tiene de nuevo?” sino más bien “¿Qué tiene de viejo?” Debemos contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 3) y no por la fe que fue entregada recientemente según la experiencia espiritual subjetiva de algún supuesto profeta. Cuando recalcamos la sana doctrina, nuestra gente y nuestras iglesias serán espiritualmente sanas. Tenemos la sagrada obligación de guardar el depósito de la verdad que Dios ha puesto a nuestro cuidado.
Las ideas del Reino Presente no figuran en el depósito original. Y si la “verdad” no está en la Biblia, no la aceptamos en la Iglesia.
NOTA DEL EDITOR:
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en el “Pentecostal Evangel”. Luego fue publicado en español en la revista “El Avance de las Asambleas de Dios en las Américas”, Año 1989, Número 1. Han pasado 20 años desde entonces y muchas cosas que el autor escribió se han cumplido. Ustedes amados lectores analicen y comparen con la realidad actual de la Iglesia y saquen sus propias conclusiones identificando qué falsas doctrinas, anticipadas en este artículo, se han infiltrado en la Iglesia Cristiana Evangélica de nuestros tiempos.
* El reverendo George O. Wood es actualmente el superintendente general de las Asambleas de Dios de los Estados Unidos de América, elegido en el 52° Concilio General en agosto del 2007. Las Asambleas de Dios cuenta con más 12,300 congregaciones en los Estados Unidos con unos 2,8 millones de miembros y adherentes. El reverendo Wood fue recientemente elegido presidente de la Fraternidad Mundial de las Asambleas de Dios en su 5° Congreso Mundial realizado en Lisboa, Portugal en mayo del 2008. Esta entidad agrupa a los Concilios Nacionales de las Asambleas de Dios de 250 países del mundo, cuenta con más de 300,000 iglesias locales y con una membresía de más de 60 millones de personas aproximadamente, constituyéndose de este modo en la denominación evangélica pentecostal más grande del mundo.
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Excelente articulo y sobre todo muy cierto.
ResponderEliminarBendiciones.
Atte.
verdadyluzhoy.blogspot.com
el problema del reino presente y otra falsas doctrinas es que tienen un terreno fertil en las iglésia pentecostales para cultibar su falsa enseñanza, ya que estas iglésias no son cofesionales y siempre han promovido la revelación del el Espíritu, hasiendo al mensaje extrabiblico una fuente confiable para sus "CRELLENTES" confudidos.
ResponderEliminarSería bueno saber qué significa bíblicamente la frase "la manifestación de los hijos de Dios" según Romanos 8:19 y la frase "pequeños dioses" según Salmos 82:1 para discernir el error.
ResponderEliminarAtt. puntoclavemp@hotmail.com Walter Cala