Por: Pr. Hiram Almirudis*
Introducción
Este es un tema que muy poco se trata en la iglesia contemporánea. Los predicadores entusiastas, neopentecostales, carismáticos, y pentecostales, principalmente los evangelistas que recorren las iglesias, hablan de grandes avivamientos que ocurrirán precediendo la segunda venida del Señor. César Castellanos afirma que:
“Hemos recibido la Palabra en el sentido de que en los años venideros habrá gente hambrienta por conocer el mensaje de salvación, millones y millones correrán por las calles demostrando su deseo de saber de Cristo…” (1)
También afirma con tonos enajenantes:
“Las congregaciones de tipo parroquial en las que no hay más de 200 personas no estarán en el modelo porque cada iglesia será de mínimo cien mil miembros, con un pastorado especializado coordinado a través del modelo de los doce impactando a toda una ciudad o a toda una nación.” (2)
Los proponentes de la “Teología de la Reconstrucción” o “El Reino Ahora” (Dominionismo), que es prima hermana de las enseñanzas de Castellanos, afirma que Cristo no vendrá hasta que la Iglesia haya conquistado el mundo por medio de la conversión de todas las gentes. Pero, el Nuevo Testamento no habla de grandes avivamientos anticipando la segunda venida de Cristo, sino de una gran apostasía.
Con respecto a la segunda venida de nuestro Señor y nuestra reunión con El, el apóstol Pablo escribió: “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:1-3).
A Timoteo, el mismo apóstol le escribió: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1), y ya antes le había dicho: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1).
Dibujo que define al Dominionismo o Reino Ahora, el
guerrero cristiano que conquista las naciones 'para Cristo'.
La apostasía en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos, se caracteriza por lo siguiente:
Uno: El abandono de la fe, a fin de seguir lo que el mundo ofrece. El apóstol Pablo dijo de Demas: “Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido…” (2 Timoteo 4:10). Por lo tanto, la apostasía es un abandono intencional de la fe cristiana, por considerar que el mundo con sus atractivos es superior. El apóstata hace una comparación entre la Iglesia y el mundo, Cristo y el diablo, el cielo y el infierno, la santidad y el placer, y se decide por el mundo, el diablo, el infierno y el placer.
Este fue el caso no sólo de Demás, sino de Israel en el Antiguo Testamento con sus muchas apostasías.
Dos: Por la revoltura que se hace de la fe cristiana con las costumbres, creencias y estilos que predominan en el mundo: es decir, es una mezcla de ambos para generar una religión híbrida. Este es el tipo de apostasía más peligroso. Etimológicamente, apostasía entre los antiguos griegos quería decir: “Salirse del camino, continuar caminando paralelamente al camino real pensando que se transita por él, pero arribando a un destino distinto.” “Apostasía” es un término alarmante que los eruditos y hombres genuinos de Dios están sonando con sus trompetas para despertar a la Iglesia.
Pero, gracias a todas las drogas soporíferas que la Iglesia ha venido consumiendo con extraordinario deleite, no se le puede despertar de su profundo letargo. Y si es que no lo sabemos, “letargo” (griego, λήθαργος) no es una siesta vespertina, sino “el síntoma de varias enfermedades nerviosas, infecciosas o tóxicas, caracterizado por un estado de somnolencia profunda y prolongada.”
Muchos transitan por un camino religioso, se divierten en él, se sienten realizados, son entretenidos con repertorios carentes de sentido y contenido bíblico, asisten a iglesias donde los pastores tienen la diabólica habilidad de hacer que todos se sientan bien con sus bufonadas. Pero, no transitan por el camino real que es Cristo, sino por el paralelo que les lleva a un destino de condenación.
La apostasía muerde y muchas veces no produce dolor, de
ahí que hay innumerables apóstatas que siguen creyendo que
están en tierra firme, pero están cayendo al abismo sin darse cuenta.
Joel Osteen, pastor de la mega iglesia de Houston, Texas, que heredó de su padre (porque ahora las iglesias son propiedad de los pastores y cuando ellos se retiran instalan a sus hijos aunque no valgan un sorbete), prometió solemnemente a su congregación que “nunca en la vida usará en sus mensajes la palabra ‘pecado’.
De esta manera, todo el que asista a su iglesia se sentirá bien cómodo en el aglutinamientos de anatomías que ahora se denominan “iglesia”.
Las evidencias de que la Iglesia cruza por un momento de clara apostasía son muchas, entre ellas:
- La vida frívola de los cristianos.
- La insensibilidad hacia la santidad de Dios.
- La naturalidad con que se practica el pecado.
- La introducción en la iglesia de cuanto estilo de adoración extravagante y ridículo que va surgiendo.
- El desprecio declarado hacia la sana doctrina.
- Desprecio a la instrucción. De ahí, la eliminación de la Escuela Dominical.
- La marcada indiferencia hacia la Palabra de Dios.
- El materialismo de las iglesias, ministros y miembros.
- Las competencias para ver quién tiene la iglesia más grande.
- El número alarmante de ministros que caen en adulterio, que se divorcian, y que siguen inamovibles en sus púlpitos.
- El concepto tan bajo que el mundo secular tiene de las iglesias, de los ministros y de los cristianos.
- Los estilos de adoración sensuales de parte de músicos, vocalistas y cantantes nómadas.
- El protagonismo y señorío que muchos pastores tienen sobre las iglesias.
- El nepotismo que hace de las iglesias una empresa familiar.
- La facilidad con que las personas se hacen cristianas, se bautizan y se hacen miembros de las iglesias.
- La sustitución de la Biblia por la psicología.
- La politiquería, el caciquismo pueblerino, el apadrinamiento, y la burocracia que distinguen a tantas personas que ostentan cargos eclesiásticos.
Muchas son las obras atribuidas al Espíritu Santo en estos
días, pero que no lo son. Es preciso discernir qué es qué.
Quien tenga verdaderamente sensibilidad y discernimiento del Espíritu Santo sabe perfectamente bien que esta es la realidad de la Iglesia contemporánea. Lo que nos corresponde hacer, es lo que dice la Biblia:
- Humillarnos.
- Arrepentirnos de todo corazón.
- Regresar a la Biblia.
- Abandonar todo lo que no se encuentra en la Biblia.
- Procurar ser como la iglesia del libro de los Hechos.
1. El hábito de César Castellanos de especular con la Biblia
¿Se puede especular con la Biblia? Por “especular” se entiende “perderse en sutilezas o hipótesis sin base real”. El hermeneuta bíblico, para poder ser merecedor de tan distinguido título, debe ser portador, por obligación sagrada, de una fuerte dotación de honestidad. Nadie debe tener la audacia de abrir las páginas sagradas para manejar a su conveniencia algún pasaje de la misma. Sea pastor, maestro de Escuela Dominical, maestro de escuela bíblica, escritor, teólogo, o evangelista, no puede tergiversar ni el más corto de los textos bíblicos con la intención de darle base a sus creaciones doctrinales. Tanto la especulación como la conjetura no tienen lugar dentro de los campos de la hermenéutica y la exégesis.
Al hablar de la conjetura, no nos referimos a teorías diversas respecto al significado de algún pasaje oscuro, difícil de interpretar. Lo que deseamos afirmar de la manera más categórica y enérgica posibles es que no se pueden ni se deben elaborar espejismos interpretativos porque uno desea inventar alguna nueva doctrina o defender algo que encaje en el esquema de sus ideas.
El texto bíblico no está al servicio de quienes desean gestar una nueva doctrina, ni mucho menos para darle génesis a una nueva religión. Es común oír en círculos apologéticos los términos “denominación”, “secta” y “culto”. Pero mucho de lo que se considera “secta” o “culto” no son otra cosa más que nuevas religiones con brochazos bíblicos. La fuente a la cual todas convergen es la Biblia: distorsionándola, conjeturando con ella, especulando, negándola, añadiéndole, alegorizando lo que es objetivo y concreto, espiritualizando lo que es realidad material, actualizando lo que es futurista, y haciendo futurista lo que es contemporáneo. Nadie debe sorprenderse de que la Biblia es el libro de donde han salido más sectas, cultos, herejías y religiones heterodoxas.
Si existen dos mil años de trayectoria interpretativa de la Biblia, si desde el tiempo de los Apóstoles, los Padres Apostólicos, los obispos que inquietos convocaron los concilios ecuménicos para determinar con claridad la fe de la Iglesia, sus eruditos que nos legaron una enorme cantidad de obras teológicas, si todo este esfuerzo académico y espiritual se ha venido perpetuando como la espina dorsal de la Iglesia durante sus dos milenios de existencia, ¿por qué es que cada vez que surge un nuevo movimiento heterodoxo dentro de la Iglesia Cristiana, tiene que haber un desprecio intencional y altivo a todo el esfuerzo glorioso que se ha mencionado para darle prioridad a sus supuestas nuevas “revelaciones”?
César Castellanos (con lentes) disertando.
Podemos hacer referencia a María Baker G. Hedí, fundadora de la Ciencia Cristiana; José Smith, fundador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días; Guillermo Miller, fundador de la Iglesia Adventista del Séptimo Día; Carlos Taze Russell, fundador de Los Testigos de Jehová; Sun Myung Moon, fundador de la Iglesia Unificada. Todas estas personas surgieron en los siglos XIX y XX. Pero podemos hacer referencia también a los heresiarcas (autores de herejías) de los primeros diecisiete siglos de la historia de la Iglesia y constatar que las similitudes entre todos ellos son idénticas.
Todos ellos han portado, entre otros banderines, el de la irrebatible pretensión de introducir en la Iglesia nuevas doctrinas, nuevas revelaciones, nuevas estrategias, nuevos métodos, y ¡por supuesto!, reestablecer, si no fundar, la tan mencionada “iglesia verdadera”. Sucede lo que en cierto país sudamericano ocurrió hace muchos años. La denominación 'Iglesia de Dios' sufrió una división, y los que se separaron fundaron otra denominación con el nombre 'La Iglesia de Dios'; estos también sufrieron una división, y los que se apartaron denominaron su grupo 'La Verdadera Iglesia de Dios'.
César y Claudia Castellanos no difieren en nada a los heresiarcas que se han estado mencionando. Aún más, el arsenal de ellos es mucho más surtido que el de otros heresiarcas. En todo caso, las características de todos ellos son similares. Citaremos únicamente dos de ellas.
Una: En todo movimiento herético la deshonestidad interpretativa de la Biblia es un gen predominante. Tan simple como esto: Si hay honestidad en el quehacer hermenéutico, no pueden haber aberraciones doctrinales.
La honestidad propulsa al hermeneuta a consultar las mejores y más respetadas fuentes interpretativas de la Biblia; a asesorarse con aquellos expositores bíblicos que han establecido su reputación de doctos a través de prolongados años de estudio, conocimiento de las Escrituras, servicio a Dios, y transparencia espiritual.
El heresiarca rechaza los esfuerzos de los tales por la sencilla razón de que lo único que le importa es empujar sus novedades a como de lugar. El trabajo de los teólogos es un fenomenal estorbo para él.
Dos: En todo grupo herético el protagonista se escuda con el broquel de una visión que le da génesis y continuidad a su movimiento.
Este es el caso de los Castellanos con el agravante de que sus visiones y revelaciones son numerosísimas. Como no hay forma en que su movimiento tenga fuerza siguiendo la interpretación tradicional de la Biblia, sus doctrinas clásicas, su himnología, liturgia tradicional, y sistemas organizativos y administrativos, les ha sido imprescindible recurrir a las supuestas 1) visiones, 2) revelaciones, 3) conversaciones con Dios el Padre, 4) con el Espíritu Santo, 5) con nuestro Señor Jesucristo, 6) sueños, 7) experiencias extracorpóreas, 8) apariciones de ángeles, 9) profecías de personas que se han autoconstituido profetas y profetisas, 10) conjeturas, 11) atropellos despiadados a la Biblia, 12) tergiversación de los hechos, 13) testimonios de supuestas experiencias,14) milagrería, y 15) crasas mentiras.
Como es clarísimo, todas las bases son exageradamente subjetivas. No hay un solo punto de apoyo que sea concreto. No hay bases bíblicas, ni respaldo en una sana teología. El sentido común le grita a uno que en las profesiones del mundo secular no se consentiría ni una milésima parte de lo que los Castellanos han impuesto en el ámbito religioso.
¿Qué le sucedería a un médico, a un arquitecto, a un ingeniero, a un abogado, a un físico, a un químico, si aplicara en su profesión los procedimientos que implementan en el mundo religioso los Castellanos? Si se les pregunta a los eruditos bíblicos más renombrados del mundo, los profesores de Biblia de los seminarios más respetados, qué piensan de las enseñanzas castellanas, el rechazo de ellas será unánime e inmediato.
Por testimonio del mismo Castellanos, la organización tradicional de la Iglesia para él es algo anticuado; la liturgia tradicional es obsoleta; los coros con sus batas tradicionales, son un estorbo; los himnos clásicos y tradicionales del Cristianismo, carecen de actualidad; los departamentos que fueron esenciales en toda iglesia, como la Escuela Dominical, Caballeros, Damas, Jóvenes, son improductivos; los cuerpos de consejeros (consistorio, diáconos, ancianos) del pastor, están pasados de moda; los seminarios bíblicos tradicionales con su currículo universal, son inaplicables a las necesidades del momento. Como dijo uno de sus serviles seguidores:
“Lo único que produce la Escuela Dominical es legalismo… Fui al seminario y obtuve una Maestría en Divinidades, pero de nada me ha servido… Soy hijo de pastor, y nieto de pastor, pero hasta que conocí el movimiento de Castellanos, conocí la verdad.”
Todo esto quiere decir que el movimiento de Castellanos es una nueva religión, un sistema completamente nuevo, en el cual se cambia desde la teología hasta el atuendo de los vocalistas.
¿Cómo es que los Castellanos defienden todos estos cambios? Argumentando que siguen visiones que Dios les ha dado. Pero el problema es que las susodichas visiones chocan frontal y estrepitosamente con la Biblia. Por lo tanto, las alternativas para camuflar la divergencia es ignorar la Biblia, tergiversarla, especular con ella, conjeturar, afirmar que los originales (sin saber ni una pizca de los idiomas bíblicos) dicen algo diferente, valerse de experiencias y testimonios cuestionables para darle un sesgo distinto al texto bíblico, ¡ah!, y lo que nunca falta, que remolca hasta el fastidio, ¡hondear el pabellón harapiento de la milagrería! ¿Pabellón… o andrajo?
Es tan fácil llegar a mezclar lo santo con lo profano cuando se llega a creer
que la Iglesia ha sido llamada a “conquistar el mundo para Cristo”: En la foto
el presidente de Colombia, Álvaro Uribe hablando en un evento del G12.
2. Conjeturas que se encuentran en los libros de César Castellanos que son una distorsión atroz de la Biblia
El rey David
Cita: “Cuando David era joven, por ser el menor de la familia, le confiaron el trabajo que para los demás era un aburrimiento; pero él lo asumió como la gran oportunidad de Dios para su vida, y le puso todo su corazón haciendo las cosas como para el Señor. Su trabajo consistía en pastorear unas pocas ovejas, pero esto implicaba que debía responder por si llegaba a pasarle algo a alguna de ellas. Eso lo llevó a pasar noches enteras sin poder dormir.” (3)
Comentario: ¿Dice la Biblia tal cosa?
Cita: “A David le tomó muchos años trabajar en el carácter de estas personas (su ejército. Nota del autor), ya que, debido a su trasfondo, tenían muy malas costumbres; pero David tuvo paciencia y sabiduría con ellos, y poco a poco los fue formando hasta llegar a tener uno de los ejércitos más sólidos de aquel entonces, aprendiendo a latir juntos, como si tuvieran un solo corazón.” (4)
Comentario: ¿Dice la Biblia tal cosa?
Cita: “…pero una de las cualidades del rey David, fue que, aunque al principio no se rodeó de gente brillante, él les enseñó cómo ser valientes, y con el paso de los años, los mismos que entrenó, se convirtieron en los valientes de David.” (5)
Comentario: ¿Dice la Biblia tal cosa?
Cita: “David no entendió que alguien más conocía su pecado: Satanás, quien con sus legiones demoníacas se presentaron ante Dios y blasfemaron su nombre de una manera agresiva. David prácticamente desconocía lo que estaba sucediendo en el mundo espiritual, pero Satanás al presentarse ante Dios, encontró argumentos para atacarlo en el campo financiero, en el campo espiritual, en lo sexual, y también desatando un espíritu de violencia en toda su familia.” (6)
Comentario: ¡Vaya, la obsesión con los demonios por todas partes! ¡Cómo le gusta hacerle propaganda al diablo y a los demonios! ¡De la abundancia del corazón habla la boca! Recuérdese que las calamidades que sobrevinieron a la familia de David, fueron un castigo de Dios por los pecados que cometió. ¡En esto el diablo no tuvo nada que ver!
Cita: “David empezó a ser procesado por Dios desde temprana edad. Cuando niño, su padre lo rechazó, era el más insignificante de la casa y lo mandó a cuidar ovejas…” (7)
Comentario: ¿Puede probar Castellanos con la Biblia de que David fue “rechazado por su padre”? ¿En qué parte dice la Biblia que “David era el más insignificante de la casa”? En la familia de Isaí no había nadie que fuera considerado “insignificante”. Al decir Castellanos que “David era el más insignificante de” establece, con el adverbio comparativo “más”, una comparación entre él y otros. Esto es, al decir “era el más insignificante de”, afirma que había otros insignificantes, pero que David era el más grande de ellos en insignificancia. ¿Y qué significa “insignificante”? Significa “baladí”, “despreciable”, “inútil”. ¿Se le ha olvidado a Castellanos que este “baladí”, “despreciable”, “inútil” y el “más insignificante de la casa” era un distinguido músico que fue llevado al palacio real para calmar los arranques de locura que le producía al rey Saúl un mal espíritu? (1 Samuel 16:23); ¿que era tan valeroso que les arrebataba a los leones y a los osos de sus mismas bocas las ovejas de su padre? (1 Samuel 17:34); ¿que era tan experto en el manejo de la honda que con ella mató a un gigante incrustándole la piedra en la frente? (1 Samuel 17:49); ¿que uno de los criados del rey Saúl dijo de David: “He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él”? (1 Samuel 16:18).
¡Vaya insignificancia! Pero, como en el sistema del G12 siempre tiene que aparecer el tema del rechazo de los padres, ya que según Castellanos, no solamente David lo sufrió sino también Abraham, tiene que salir con la babada de que David fue “rechazado de niño por su padre.” Y aquí se abre la puerta para insinuar que David necesitó sanidad interior, como la necesitó Abraham. Si todo lo que dice la Biblia acerca de David: su brillante habilidad para ejecutar instrumentos musicales, su valentía para matar con las simples manos los leones y osos que atacaban el rebaño de su padre; su agilidad en el manejo de la honda con la cual mató de una sola pedrada al gigante Goliat; que fue reconocido por los siervos del rey Saúl como gran músico, valiente, vigoroso, hombre de guerra, prudente en sus palabras, hermoso, y contando con la presencia de Jehová en todos sus quehaceres, ¡qué tragedia que mi padre, mi madre, mis abuelos paternos y maternos, mis tíos y mis hermanos, no me hayan rechazado en mi infancia para haber sido como David! Si lo que era David fue resultado del rechazo de su padre cuando niño ¡Ojalá que todo el mundo sufriera el rechazo de sus padres!
Cita: “Por lo general, los grandes hombres de Dios, fueron confrontados con la cruz. Aunque el sufrimiento de Jesús sucedió muchos años después de David, Dios tomó el espíritu de aquel rey y lo trasladó en el tiempo, llevándolo a sentir todo aquello que Jesús iba a padecer.” (8)
Comentario: Según Castellanos, así como su esposa, supuestamente, fue crucificada con Cristo y sufrió los mismos dolores que Cristo sufrió (léase el libro 'La revelación de la cruz') durante tres horas, así le sucedió al rey David. Como resultado de esa crucifixión con el Señor, fue que el rey David escribió el Salmo 22, que es un salmo mesiánico.
El apóstol Pablo
Cita: “Aunque este heraldo de la fe (el apóstol Pablo. Nota del autor) había logrado saborear el éxito más extraordinario que el mundo de aquel entonces le podía otorgar a alguien, no obstante, después de haber conocido a Jesús de una manera personal, todo lo demás perdió encanto para él porque no concebía la felicidad fuera de Jesucristo.” (9)
Comentario: ¿Cuál fue “el éxito más extraordinario que el mundo de ese entonces ofrecía que Pablo pudo saborear”?
Cita: “Una de las preocupaciones de Pablo era formar líderes brillantes y para ello usó varias estrategias, como bajarse de su posición y colocarse al nivel de las personas a las que le interesaba transformar.” (10)
Comentario: ¿“Líderes brillantes” o “siervos fieles y humildes”? Hablar de “líderes brillantes” es utilizar los valores del mundo inconverso. En ninguna parte de la Biblia se habla de “líderes brillantes”. Juan el Bautista declaró que era necesario que Cristo creciera, y que él menguara (Juan 3:30); Pablo procuraba que Cristo fuera glorificado mientras él se perdía en Cristo (Gálatas 2:20).
Es un insulto a la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo hablar de “estrategias”. El Evangelio no se propaga con estrategias ni métodos, ni tampoco los siervos de Dios son producto de los tales.
Otros casos bíblicos
Cita: “Este modelo (el G12. Nota del autor) lo podemos definir, como el principio que impulsa la dinámica de crecimiento para la iglesia contemporánea. Por mi propia experiencia, creo que el modelo de los doce es la estrategia que sostendrá, junto a la visión celular, el desarrollo de la iglesia de Cristo en el siglo XXI… El principio de los doce no sólo viene de parte de Dios en un momento específico para todos aquellos líderes que deseen tomarlo, sino que está plasmado en las Escrituras como una inspiración constante. Es una estrategia eminentemente bíblica para la conquista de naciones enteras.” (11)
Comentario: ¡Rotundamente falso! En ninguna parte la Biblia habla del G12 ni de la “visión celular”. Querer asociar el antibíblico G12 con las doce tribus de Israel y los doce apóstoles es una grosera distorsión de la Biblia.
Cita: “Inmediatamente Abraham empezó a contar las estrellas sin importarle en lo más mínimo las circunstancias… Abraham aprendió la importancia de darle a la fe un sueño, y pasaba horas enteras en las noches contemplando las estrellas, y viendo en ellas los rostros de sus descendientes, dándole gracias a Dios por sus vidas.” (12)
Comentario: ¿Dice eso la Biblia en alguna parte? ¿Se le pueden añadir “sueños” a la fe? ¿“Es importante darle sueños a la fe”? ¿Entonces la fe consiste en fe más sueños? ¡En el momento en que el hombre le añade algo a la fe, ésta deja de ser? Como Castellanos inventó su G12 con una supuesta visión que tuvo en la playa en donde, según él, vio los rostros de las personas que se convertirían bajo sus sistema, ahora se la incorpora a Abraham, diciendo que en las estrellas Abraham miraba el rostro de sus descendientes, y se atreve a decir que Abraham “le daba gracias a Dios por sus vidas”.
Mientras que Castellanos vio en la arena del mar los rostros de los que se convertirían, Abraham los vio en las estrellas. ¡Y todavía hay ministros de iglesias históricas que siguen las vesanias de este falso profeta!
Cita: “¿Por qué es tan importante tener los doce? ¿Cuál hubiera sido el resultado del cristianismo o quiénes habrían escrito el Nuevo Testamento si Jesús no hubiese escogido a doce?” (13)
Comentario: ¿De manera que el Nuevo Testamento fue escrito por los Doce Apóstoles? ¡Esto es increíble! Solamente siete de los libros del Nuevo Testamento fueron escritos por miembros del colegio apostólico: Mateo, Juan, 1 y 2 de Pedro, 1,2, 3 de Juan, y Apocalipsis; los otros diecinueve, por personas que no pertenecieron al grupo de los Doce. Lo único que falta que diga, para empujar su enseñanza del G12, es que los doce patriarcas de Israel escribieron el Antiguo Testamento.
Una vez más, todos estos destrozos de la Palabra de Dios no significan nada para los ministros que promueven las enseñanzas de los Castellanos.
Cita: “Si usted no le ha dado correctamente a Dios, debe romper la maldición (siendo que para tal liberación también se necesitan argumentos a favor). Dé una ofrenda extra para cancelar los argumentos, y romperá toda maldición financiera. Luego haga un pacto de fidelidad con Dios.” (14)
Comentario: En primer lugar, quien no le ha dado a Dios “correctamente” lo que sea (dinero, tiempo, servicio, afecto, obediencia) no es una maldición que debe ser rota: sencillamente es falta de obediencia a la Palabra de Dios. Para eso no se necesita “liberación” (otra vez, la obsesión con el diablo); lo que se necesita es cumplir con lo que Dios ordena en Su Palabra. Eso de que “también se necesitan argumentos a favor” solamente Castellanos sabe lo que quiere decir por la simple razón de que no es terminología bíblica. ¿Argumentos para convencer a quién? Luego, lo de la ofrenda que hay que dar: “Dé una ofrenda extra para cancelar argumentos”. Supongo que “los argumentos” son lo que el diablo trae contra el cristiano, los cuales necesitan “ser cancelados”. Caramba, ¡qué enredos hace este señor! ¿De dónde saca todos estos embrollos? Según esta enseñanza, ¡con una ofrenda extra se arreglan todos los problemas! No hay ninguna diferencia con la Iglesia Católica del medievo cuando Johaan Tetzel, fraile alemán de la orden dominica, en representación del Papa, garantizaba que cuando la moneda de oro caía en el fondo del cofre, el alma por la cual se pagaba su redención salía del purgatorio.
Como decía el indio: “Chivo fuera, peseta al sombrero.” Una vez más, la obsesión con las maldiciones que requieren ser rotas: “…y romperá toda maldición financiera.” La falta de bendiciones no son maldiciones sino resultado de la infidelidad a Dios.
Además, el cristiano no tiene que andar haciendo pactos con Dios cuando lo que El requiere es obediencia a Su Palabra. Al cristiano lo único que le corresponde hacer es obedecer lo que Dios ordena. En los pactos se ponen condiciones, y el creyente no es nadie para ponerle condiciones a Dios.
Cita: “Cuando Jesús nació, no vino a este mundo como cualquier ser humano. El vino a ser el Verbo encarnado de Dios. Cuando le gente lo vio, entendió que ese hombre no era cualquier hombre, que era el Verbo en un cuerpo humano, el Verbo de Dios cubierto de piel y carne, que era Dios en la persona de Jesucristo… Las palabras que salían de los labios de Jesús, eran palabras de vida. Por eso encontramos a la gente adorándole y exaltándole, pues veían los milagros que hacía. Las personas caían postradas, diciéndole: ‘Señor mío, y Dios mío.’” (15)
Comentario: Castellanos afirma precisamente todo lo contrario de lo que la Biblia enseña. Decir que “la gente entendió que Jesús era el Verbo de Dios en un cuerpo humano”, es atribuirles a las gentes que estuvieron en contacto con Cristo un discernimiento espiritual súper especial. El conocimiento de Cristo como el Verbo de Dios nos ha llegado a través del Evangelio de Juan, y no antes. Cuando las gentes escuchaban las enseñanzas de Cristo y miraban los milagros que hacía, pensaban de El como un gran profeta que Dios había levantado, pero de ninguna manera que habían descubierto en los milagros que Jesús era “el Verbo de Dios.”
Por otro lado, Castellanos habla de Cristo como “el Verbo de Dios cubierto de piel y carne”, lo cual es un mayúsculo error cristológico. Es lo mismo que decir que “el Verbo se disfrazó de piel y carne.” El Verbo no “se cubrió de piel y carne”, sino que se hizo carne: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…” (Juan1:14). “Se hizo carne” significa que se hizo un ser humano en todo sentido. Su encarnación no se limitó al aspecto físico, material, sino que incluyó además su mente, espíritu y alma. Fue por esta razón que Orígenes (185-254 d.C.), el gran exegeta y teólogo alejandrino prefería usar la palabra “humanó” o “humanizó” en lugar de encarnó en referencia a la presencia humana de Cristo en la tierra. ¿Por qué? Porque no fue una mera “encarnación”, sino una “humanización” en todo el sentido de la palabra, incluyendo cuerpo, alma y espíritu. Cristo fue humano en todo sentido. No fue Dios metido en un caparazón de piel y carne, como lo enseña Castellanos.
Pero, ¿es cierto que la gente sabía que Jesús “era Dios en la persona de Jesucristo”? Caramba,¡Castellanos está afirmando que la gente sabía que Jesucristo era divino, que era Dios! Entonces, ¿por qué no lo aceptaron, por qué fue que lo rechazaron, y terminaron crucificándole, si sabían que “era Dios en la persona de Jesucristo”? “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:11).
Después de la sanidad del cojo que ponían a la puerta del templo que se llamaba La Hermosa, el apóstol Pedro acusó a los judíos de haber matado a Cristo por causa de su ignorancia; si hubieran sabido quién era, no lo hubieran hecho: “Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes” (Hechos 3:17). El profeta Isaías predijo que Cristo sería “despreciado”, “desechado”, “menospreciado”, “se escondería de él el rostro, “y no se le estimaría”, por la simple razón de ignorar quién era (Isaías 53). Ningún milagro revelaría a Cristo como el Verbo de Dios, o que “Jesús era Dios en la persona de Jesús”. El discernimiento de la identidad de Cristo solamente podía ocurrir por revelación divina. Por eso, cuando el apóstol Pedro le dijo al Señor: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, el Señor le respondió:
“Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:16,17).
Los milagros no revelan los misterios de la fe: ¡Solamente Dios por medio de Su Santo Espíritu! Consideremos ahora las palabras: “Las personas caían postradas, diciéndole: Señor mío, y Dios mío.”
En primer lugar, no hay un solo caso registrado en los Cuatro Evangelio en que “personas hayan caído postradas” y le hayan dicho al Señor: “Señor mío, y Dios mío.” El único caso que se registra es el de Tomás quien le dijo al Señor, ocho días después de Su resurrección: “Señor mío, y Dios mío” (Juan 20:28). Pero en ninguna parte dice Juan que lo hizo “postrado”.
¿Creía la gente que Jesús “era el Verbo en un cuerpo humano, el Verbo de Dios cubierto de piel y carne, que era Dios en la persona de Jesucristo”? Todo lo contrario: ¡Pensaban que era una persona endemoniada! “Respondió la multitud, y dijo: Demonio tienes…” (Juan 7:20); “Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?” (Juan 8:48); “Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio…” (Juan 8:52); “Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís?” (Juan 10:20).
¡Qué manera tan elocuente, según Castellanos, de reconocer los judíos que “Jesús era el Verbo de Dios cubierto de piel y carne, que era Dios en la persona de Cristo”!
¡Es tan fácil hacer que la Biblia diga lo que uno quiere que diga!
3. El proceso hermenéutico para establecer una doctrina bíblica
En primer lugar, es imprescindible saber lo que es una doctrina bíblica, tener una clara definición de la misma. En palabras simples, “doctrina” es la sistematización de las enseñanzas bíblicas. Es una recopilación ordenada de lo que, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos enseñan sobre un determinado asunto. De ahí los términos “teología sistemática”, “teología dogmática” y “teología bíblica”.
“Teología” no es únicamente el estudio de Dios (θεός λογία): viene siendo el estudio de la fe cristiana, fe que ha sido revelada por un acto providente y soberano de Dios y registrada en un libro sagrado que se conoce como las Sagradas Escrituras.
Tanto lo que se conoce como “teología natural” y “tradición oral” no pueden ser colocadas en el mismo nivel de autoridad de lo que contiene la Biblia. La teología es una revelación y no un descubrimiento. Mientras que en las religiones el protagonista principal es el hombre, en la fe cristiana, es Dios.
La doctrina surge de la necesidad que tiene el ser humano de entender con claridad y de una manera inteligente todo lo que atañe a los asuntos asociados con Dios. Lo que no se puede pensar, razonar y expresar con términos convincentes, no amerita aceptación:
“…y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15).
Doctrina, en labios de S. Anselmo, es “la fe buscando entendimiento”. La doctrina bien clara y definida es importante porque de no ser así no puede haber compromiso con la fe cristiana. No puede haber entrega incondicional a una causa que es nebulosa. Cuando hay inclinación hacia algo que no tiene sentido, se desliza por la encerada pendiente del fanatismo, el apasionamiento y la obcecación. Ninguna de ellas se puede denominar convicción.
El proceso hermenéutico de la doctrina sigue los siguientes pasos:
Uno: La doctrina tiene que explicar la Biblia y no viceversa.
Lo importante no es conocer la doctrina, sino lo que la Biblia dice por medio de la doctrina. Esto es, la doctrina está al servicio de la Biblia, y no la Biblia al servicio de la doctrina. Cuando se utiliza la Biblia para probar una doctrina que arbitrariamente un grupo enseña, entonces surge la secta, el culto, e incluso, una nueva religión, como es el caso de los Mormones.
Dos: El siguiente paso es recopilar todo lo que la Biblia dice sobre un determinado asunto.
No se puede establecer una doctrina sin el apoyo de la Biblia, o haciendo uso de un texto aislado. Las doctrinas y la teología como un todo, no pueden ser resultado de situaciones sociales que exijan respaldo bíblico. Las situaciones sociales que requieran una solución deben ser vistas desde la perspectiva teológica, esto es, qué es lo que la Biblia dice al respecto. Por lo tanto, es una incongruencia hablar de teologías sociales o políticas, tales como “teología de la liberación”, “teología de la prosperidad”, “teología latinoamericana”, “teología asiática”, “teología africana”, “teología feminista”. Se puede hablar de lo que la Biblia dice acerca de estos asuntos, pero no se puede diversificar la teología.
La teología es una e indivisible. Además, en todas las pseudo teologías que surgen de acuerdo a los contextos sociales, se impone un regionalismo que no aplica a otros sectoresy situaciones, bifurcando así la verdad bíblica que no puede ser fragmentada.
Además, en las teologías de hermético interés particular, se impone con fuerza prioritaria los sentimientos y las necesidades del momento.
Tres: El siguiente paso es distinguir en la Biblia aquello que es narrativo y lo que es normativo.
No se puede hacer doctrina de pasajes narrativos, ni de meras descripciones históricas. Tampoco se pueden tomar las experiencias individuales y generalizarlas con aplicación universal. Por ejemplo, el caso de que Saulo de Tarso haya caído, escuchado una voz, respondido a dicha voz, y quedado ciego por una luz sobrenatural, no es modelo delo que debe suceder en cada conversión. Que en el día de Pentecostés haya soplado un viento recio que llenó el sitio donde se encontraban los discípulos, y que hayan aparecido lenguas como de fuego repartidas sobre todos los presentes, tampoco es un modelo de lo que tiene que acontecer cuando alguien es bautizado en el Espíritu Santo.
Cuatro: El siguiente paso es ver si ambos Testamentos coinciden en la doctrina que se estudia.
Cuando haya discrepancia, o aparente discrepancia, entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos, sobre un determinado asunto, el Nuevo Testamento tiene prioridad. La mayoría de las iglesias evangélicas, principalmente las pentecostales, enseñan que “El Nuevo Testamento es nuestra única regla de gobierno y disciplina”.
Cinco: A continuación se tiene que establecer con claridad el texto.
Muchos pasajes de la Biblia difieren de un manuscrito a otro. A fin de establecer la lectura que se considera original, las biblias en hebreo y griego contienen lo que se llama Apparatus que es un medio de evaluar la evidencia histórica de un determinado pasaje, cómo es que dicen los diferentes manuscritos y pergaminos antiguos.
Seis: Sigue luego el trabajo minucioso, profesional y responsable de la exégesis y la hermenéutica.
Este autor prefiere hacer una distinción entre exégesis y hermenéutica, refiriéndose a la exégesis como la ciencia que estudia e interpreta el texto, y la hermenéutica, la ciencia que se concentra en las diferentes figuras que ocurren en la Biblia. Ambas, por supuesto, se entrelazan.
La exégesis es el intento científico de establecer y entender el texto bíblico en su ámbito original. Para entender el texto bíblico dentro de su ámbito original se requiere que el exegeta esté familiarizado con el mundo literario e histórico (macro-ambiente) dentro del cual el texto bíblico surgió. En el esfuerzo de interpretar debidamente un texto, se requiere conocer el contexto dentro del cual se encuentra: de qué está hablando el autor, qué dice antes y después del texto, y cómo encaja el pasaje en cuestión dentro del libro en que se encuentra.
¡Ningún texto de la Biblia se debe interpretar aislado!
Siete: Al interpretar un pasaje bíblico para corroborar una doctrina, se deben tener los siguientes cuidados:
- No espiritualizar el pasaje si es claramente literal.
- No hacer literal lo alegórico.
- No alegorizar lo literal.
- No canonizar una determinada versión de la Biblia y rechazar las demás.
- No contemporizar el pasaje perdiendo su sentido original (problema de las paráfrasis y versiones populares).
- No hacer futurista lo que es histórico, ni histórico lo que es futurista.
Ocho: Al hacer exégesis y hermenéutica es fundamental conocer los idiomas bíblicos.
De esa manera uno puede estudiar la etimología de las palabras, sus varias acepciones. En el caso de los verbos y participios, el tiempo, el modo y el caso, juegan un papel fundamental.
Nueve: Como se requiere en todas las disciplinas: ¡Honestidad! ¡Integridad!
La falta de honestidad es una marcadísima obra de la carne, y como tal, conduce a las peores aberraciones doctrinales. Por irrevocable decreto divino, ningún humano puede ser intérprete de la Biblia, ni debe meterse con ella, si no lleva en las fibras de su alma el distintivo de la honestidad. Si lo hace, seguirá los pasos de aquel que le citó a Cristo la Biblia (Mateo 4:6) para que cayera en desobediencia: ¡Satanás, el padre de todos los intérpretes deshonestos de la Biblia!
Joel Osteen, pastor de la Iglesia Lakewood.
4. Religión bíblica o religión de estereotipos
¿Qué es un estereotipo? Tratándose de personas, un estereotipo es “alguien que posee o se cree que posee características o cualidades que tipifican a un grupo particular.”
Estereotipar es una costumbre congénita del ser humano. Nuestras opiniones son consecuencia de nuestros estereotipos; nuestra apreciación de las gentes y de las cosas, también es consecuencia de nuestros estereotipos; nuestras convicciones y prejuicios también son consecuencia de nuestros estereotipos.
Por regla general, nos referimos a nuestros estereotipos como “generalizaciones”. Pero, la costumbre de estereotipar va mucho más allá que la simple acción de generalizar. Para suavizar la acción del estereotipo usamos la palabra “gris” cuando cometemos la falla de no ser específicos entre lo negro y lo blanco. Cuando nos mantenemos dentro de la penumbra de los gris es porque somos esclavos del estereotipo. La costumbre de estereotipar es un recurso para no comprometernos con la definición clara y específica. A una persona la estereotipamos por su nacionalidad, pigmentación de la piel, raza o idioma. Los estereotipos son marcadísimos dentro del regionalismo. Esto es, fulano tiene que ser así y así por causa de la región de donde procede.
Natanael estereotipó a Cristo cuando dijo: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” (Juan 1:46). Nuestra subconsciente esclavitud a la costumbre de estereotipar nos impide comprender cuántas áreas de nuestra vida son controladas por ese vil tirano. Y, no nos damos cuenta de que muchas veces nuestra religión es una religión de estereotipos.
Los estereotipos los formamos nosotros por causa de nuestra pobreza espiritual, por nuestros complejos, por nuestros vicios, por nuestra ignorancia, por nuestras antipatías, y por nuestras envidias y egocentrismos. Dicho en otras palabras, los estereotipos son de marcado cuño personal. Nosotros los inventamos. Y, el más desastroso de todos los estereotipos es el de la religión. Una religión estereotipada tiene su propio dios estereotipado; su propia biblia, su propio evangelio, su propia liturgia, sus propios dogmas, su propio cancionero (porque ahora son canciones no himnos), su propio cristo.
Lo que no tiene es su propia cruz, porque no le conviene. Esto es, es una religión regional, que no hay que tocar porque vivimos en el άίων del individualismo, del nacionalismo, del regionalismo, del racismo, del feminismo, del homosexualismo, y todos los ismos habidos y por haber, los cuales son intocables. Por lo tanto, todo mundo tiene derecho de inventar su propio dios, su propia biblia (ejemplo, The Message {El Mensaje}), sus propias doctrinas, su propia religión, sus propios estilos de adoración (?), su propio todo.
Nadie puede criticar, ¡porque todo lo que funciona, hay que implementarlo!
En el momento en que la religión es la panacea que resuelve todos los problemas y hace que el hombre se sienta bien, se descarta como el Evangelio de Jesucristo. Si ofrece prosperidad económica, prosperidad en todos los órdenes de la vida, salud física por más descuidados que seamos con nuestros cuerpos, la adquisición de todos nuestros deseos, y que Dios sea el proveedor de todo bien temporal, y no dice nada de los valores del espíritu ni de las cosas donde está sentado Cristo a la diestra de Dios, es una religión estereotipada. ¡Nosotros la inventamos de acuerdo a nuestra conveniencia!
La fe del Evangelio nos llama al arrepentimiento, a negarnos a nosotros mismos, a la confesión, si es necesario pública, a la humillación, al servicio desinteresado, a dejar todo aquello que nos distancia de Cristo, a poner a Cristo en primer lugar, a tomar la cruz cada día, a la obediencia, a incorporar las Bienaventuranzas de Mateo 5, a venderlo todo para adquirir la perla de gran precio, a deponer nuestra petulancia, nuestras mentiras, nuestras verdades a medias, nuestros oportunismos, nuestra jactancia, nuestra pedantería, nuestros ego fétido, nuestro carácter indomable, nuestros gustos banales, nuestras ilusiones baladíes, nuestras conversaciones frívolas, nuestros chistes tontos, nuestros chismes rastreros.
La religión estereotipada es muy, pero muy fácil de identificar, porque no se encuentra en la Biblia, y de esto sólo se dan cuenta aquellos que la estudian. Los que vivimos en los Estados Unidos tenemos los tímpanos perforados de escuchar tantas oraciones a favor de “nuestros héroes que luchan por la democracia y en contra del terrorismo”. Todavía no he escuchado una oración para que el Señor salve y bendiga a los árabes y persas, que son tantos millones y por los cuales murió también Cristo. Oramos por la paz de Jerusalén, pero no oramos por la paz de Medina, Meca y Estambul. Antes le teníamos tirria a Rusia, luego de Vietnam del Norte, luego a China.
Vivíamos bajo la zozobra del Comunismo y de una hecatombe nuclear. Ahora, gracias a nuestra habilidad de estereotipar las gentes, vivimos bajo la amenaza del terrorismo árabe, del armamentismo nuclear de Irán y Corea del Norte. Ya Rusia y China no nos preocupan, ni tampoco el Comunismo, aunque Cuba, Venezuela y Bolivia en nuestra América Latina ondeen la hoz y el martillo. Los peligrosos son los árabes, principalmente los musulmanes.
Debemos orar por nuestras fuerzas militares porque ellas representan el reino de Dios y la democracia, así nos dicen; y por los otros, por los otros no, aunque por ellos también Cristo murió. Nadie piense que lo arriba dicho es una postura política. ¡De ninguna manera! ¡Es una postura teológica! Lo que deseo decir es que el estereotipo siempre se concentra en otros, pero nunca en uno mismo. Evalúa, juzga, fiscaliza, y determina las cosas con esquemas que no aplica a su propia vida. Es una protección a su antropocentrismo y egocentrismo galopantes.
El Evangelio es Cristo-céntrico, por lo tanto Teocéntrico. Todos los cultos, sectas y religiones del mundo, incluyendo la inventada por César y Claudia Castellanos, son producto de intereses, aspiraciones e idiosincrasias de la región de donde surgen.
Cuando una religión, denominación, culto o secta se especializa en una determinada área del globo, no es la fe de Jesucristo, porque el Evangelio trasciende las fronteras culturales y raciales para ofrecer salvación a toda la humanidad. El Evangelio ni es tribal ni regional: Es universal.
Notas:
1. César Castellanos, Sueña y ganarás el mundo, G12 Editores, Miami,
2003, p.201.
2. Ibid., p.200.
3. César Castellanos, Liderazgo de éxito a través de los doce, G12
Editores, Miami, 1999, p.35. Las negrillas son del autor.
4. Ibid., p.56.
5. Ibid., p.101. Las negrillas son del autor.
6. Ibid., pp.114, 115. Las negrillas son del autor.
7. César Castellanos, Sueña y ganarás el mundo, G12 Editores, Miami,
2003, p.143.
8. César Castellanos, La revelación de la cruz, G12 Editores, Miami,
2003. p.13.
9. Ibid., p.191. Las negrillas son del autor.
10. Ibid., p.184. Las negrillas son del autor.
11. Ibid., pp. 152,153. Las negrillas son del autor.
12. Ibid., p.198. Las negrillas son del autor.
13. 144 la llave de la multiplicación, p.12. Las negrillas son del autor.
14. Ibid., p.90. Las negrillas son del autor.
15. Ibid., p.123. Las negrillas son del autor.
© 2006 Hiram Almirudis. All rights reserved. (Reproducido por Centro Rey Jesucristo con permiso del autor; www.centrorey.org).
* El pastor Hiram Almirudis es ministro ordenado de la Iglesia de Dios con sede en Cleveland, Tennessee. Ha desempeñado diversos cargos administrativos y ministeriales en su denominación, especialmente en el área de la educación cristiana. Ha tenido la oportunidad de dictar diversas conferencias en EEUU, Canadá, Australia y en varios países de América Latina. También ha escrito numerosos libros sobre doctrina cristiana y otros temas. Actualmente radica con su familia en San Antonio, Texas, EEUU.
Sitio web del Dr. Hiram Almirudis:
http://www.my.homewithgod.com/hiramalmirudis
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