Andando como Cristo

Domingo 15 de Marzo del 2009



Por: Dr. John A. Dekker*

“El que dice que está en él debe andar como él anduvo” (1ª Juan 2:6).

Amados compañeros creyentes en Cristo, damos la bienvenida a los que han venido a la ciudad de Guatemala, para participar en el XIX Congreso de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC), una de las ramas del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC) en el mundo. Gracias por invitarme para ser parte de este compañerismo de amigos creyentes bíblicos, quienes compartimos la visión y la fe de los fundadores del CIIC. Les traigo saludos de la rama norteamericana del CIIC, de la Junta Independiente para Misiones Presbiterianas Extranjeras y de las iglesias que nos apoyan.

Permíteme agradecer al Señor por el liderazgo del Dr. Nadir Carreño, Presidente de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC) y Vicepresidente del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC). Agradecemos a Dios por el Dr. Choi Kwang Jae, quien es el Presidente mundial del CIIC, pastor de la Iglesia Presbiteriana Gloria, de Seúl, Corea y con quien tuvimos un hermoso tiempo trabajando juntos en Kerala, India, en enero del año pasado. Tampoco olvidaré nunca las bendiciones que recibimos en el Décimo séptimo Congreso Mundial, realizado en Seúl, Corea, del 8 al 14 de junio del 2005. Agradezco al Dr. S. H. Quek, secretario del CIIC y a su padre, el Dr. K. C. Quek, de Singapur, quien estuvo al lado del Dr. Carlos Mc Intire durante cincuenta años, desde que se organizó el CIIC en 1948.

Hemos venido para gozarnos en la compañía de unos con otros y para alentarnos entre nosotros para permanecer fieles hasta que Jesús vuelva. Me gusta mucho el texto que me ha sido asignado, 1ª Juan 2:6: “El que dice que está en él debe andar como él anduvo”. Prediqué un sermón sobre este texto titulado: “Jesús, nuestro ejemplo”. Alabemos a Dios por la vida y realizaciones de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y con la ayuda de Dios “andemos como él anduvo”.

El apóstol Juan escribió el evangelio de Juan para que la gente pudiera salvarse: “Estas empero son escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31). En cambio su primera carta fue escrita para que los creyentes puedan saber que son salvos: “Estas cosas he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1ª Juan 5:13).

El Dr. Carlos Spurgeon describe la “Primera de Juan” como un “testamento, una revisión de la vida de los testadores, exhortación ética, predicciones y advertencias acerca del futuro”. Su exhortación incluye la amonestación de servir al Dios verdadero y huir de la idolatría, especialmente a la luz del ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, porque nuestro texto dice: “El que dice que está en él, debe andar como él anduvo” (1ª Juan 2:6).

EL ANDAR DE LOS CREYENTES EN LA PALABRA DE DIOS

1. Vida Nueva: “Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo, para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida” (Romanos 6:4; 1:8).

2. Fe: “Porque por fe andamos, no por vista” (2ª Corintios 5:7).

3. Espiritualidad: “Digo pues: Andad en el Espíritu y no satisfagáis la concupiscencia de la carne” (Gálatas 5:16).

4. Consecuencia: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que sois llamados” (Efesios 4:1).

5. Amor: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor suave” (Efesios 5:2).

6. Iluminación: “Mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión entre nosotros y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1ª Juan 1:7).

7. Semejanza con Cristo: “El que dice que está en él debe andar como él anduvo” (1ª Juan 2:6).

Creo que el propósito de la carta de Juan fue: “transmitir el fruto de la obra y experiencias de una vida a las próximas generaciones... Su propósito específico fue advertir a todos contra la enseñanza falsa, que negaba que Jesucristo hubiera venido en carne” (1ª Juan 4:2). A esto Juan le llamaba “el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir y que ahora ya está en el mundo” (1ª Juan 4:3).

TIEMPOS PELIGROSOS

Vivimos en tiempos peligrosos (2ª Timoteo 3:1). El rey David se preguntaba: “¿Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan vanidad?” (Salmo 2:1). En los Estados Unidos tenemos problemas: estamos perdiendo nuestras “libertades religiosas”:

1. La lectura de la Biblia y la oración han sido desterradas de todas las escuelas públicas;

2. Los Diez Mandamientos han sido eliminados de las escuelas, cortes, parques y hasta de las iglesias;

3. El mal llamado “matrimonio” de personas del mismo sexo se acepta ahora y se promueve en toda la nación;

4. Y la “forma de vida” homosexual no enfrenta ninguna oposición significativa;

5. Los estadounidenses tienen libertad para asesinar a sus hijos todavía no nacidos y el aborto es el procedimiento quirúrgico más comúnmente realizado en los Estados Unidos;

6. La educación sexual en las escuelas públicas enseña a los niños y adolescentes de todas las edades las formas y perversiones sexuales, el pecado y la impiedad, por lo cual los padres cristianos se ven forzados a enviar a sus hijos a escuelas cristianas o a enseñarles en casa.

NO TODO ESTÁ BIEN EN LA IGLESIA DE JESUCRISTO

El cáncer espiritual de la apostasía ha destruido al Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y al Movimiento Ecuménico, que espera establecer la Iglesia Única, que incluya a la Iglesia Católico–Romana. Las iglesias evangélicas están traicionando su herencia bíblica, para atraer a los jóvenes a sus “reuniones”. El Rvdo. Rick Warren tiene a miles de personas en su “iglesia con propósito”, que agrada a la gente, pero no a Dios.

La superchería más reciente en los Estados Unidos es la “Iglesia Emergente”. El profesor asistente de Teología del Seminario Westminster declara que este nuevo movimiento religioso se está haciendo tan popular que “posee el potencial necesario para cambiar todo el aspecto del cristianismo protestante”. La atmósfera del culto típico de la “Iglesia Emergente” es generalmente un “ambiente informal de café”, al que los presuntos adoradores asisten vestidos descuidadamente y donde los tambores y las guitarras dominan los ritmos musicales. Este movimiento pone énfasis en “la tolerancia, el inclusivismo, la justicia social y la mayordomía ambiental”. “La mayor diferencia entre las iglesias emergentes” y el promedio de las iglesias evangélicas es que las iglesias tradicionales promueven “la doctrina y las normas”, mientras que las iglesias emergentes practican “sólo el amor a la gente”.

Pase lo que nos pase a nosotros y a nuestra generación, “sabemos que a los que a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28), porque el autor de nuestra fe es también el “consumador de nuestra fe”. “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Las pruebas, tentaciones y tribulaciones pueden abundar, pero él “es poderoso para guardaros sin caída y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría” (Judas 24).

NUESTRA CAUSA

Confieso que tengo una gran preocupación por la Iglesia de Jesucristo en todo el mundo. Amo al Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC) y agradezco al Señor por la vida y testimonio del Dr. Carlos Mc Intire, a quien levantó el Señor en el siglo XX para servirle y desafiar a su pueblo en tiempos como estos. Fue un gran predicador y un muy poderoso defensor de “la fe una vez dada a los santos” (Judas 3). Fue un embajador de Cristo y un soldado de la cruz. Advirtió fielmente al pueblo de todo el mundo acerca del juicio que viene. Llamó al pueblo de Dios a volver a la Biblia y explicó los serios cambios que amenazaban a la Iglesia de Jesucristo.

El Dr. Mc Intire definió el modernismo como “la remoción de la Iglesia de su fundamento bíblico” y se opuso al ecumenismo como una “falsificación del cristianismo verdadero”. Habló sobre la “Iglesia mundial única” y la pronta aparición del Anticristo. Amó al Señor y a su pueblo de todo el mundo. Fue guiado por Dios para organizar el Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC), para lo cual viajó por todo el mundo, para promover el cristianismo genuino y la comunión de los santos. Nos recuerda Romanos 11:4, donde Dios alienta al apóstol Pablo con estas palabras: “He dejado para mí siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también, aun en este tiempo han quedado reliquias por la elección de gracia” (vers. 5). Alguien me preguntó si el CIIC ha muerto en los Estados Unidos. Le contesté: “Mientras yo viva el CIIC no morirá”. No tengo la fuerza que tenía antes, pero nuestro Dios es soberano, omnipotente y omnisciente. El CIIC está reuniendo al pueblo elegido de Dios como testimonio para el Señor Jesucristo hasta que vuelva.

LA REFORMA

Soy un estudioso de la Reforma del Siglo XVI y tengo un gran respeto por Martín Lutero, Juan Calvino y Juan Knox. Crecí en Amsterdam, Holanda y atesoré la fe reformada, la salvación por gracia y la Santa Biblia como la Palabra de Dios. Es una gran bendición que nuestro Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC) sea verdaderamente una hermandad reformada. En la primera reunión en Amsterdam, en 1948, ciento cincuenta hermanos, que representaban cincuenta y siete denominaciones, redactaron una Declaración Doctrinal y agregaron seis puntos para la consideración de todo el mundo. El primer punto dice: “El CIIC no cree que nuestra invitación pueda ser extendida a la Iglesia Católico-Romana”. Roma no ha cambiado. Sus doctrinas son las mismas de las cuales Martín Lutero, por la gracia de Dios nos libró. La Reforma no fue un error, sino que estaba de acuerdo con las enseñanzas del Antiguo y Nuevo Testamento. Las almas de los hombres y su destino eterno dependen del mensaje de gracia.

El nuevo papa, el cardenal Ratzinger, de Alemania, tiene setenta y ocho años. Ahora se le llama Benedicto XVI. Ha hecho votos de trabajar por la “reconciliación global” y con “las otras religiones”. Es antisemita y no le gustan los evangélicos o protestantes. Se interesa en el ecumenismo y está absorbiendo al Consejo Mundial de Iglesias (CMI). El Rvdo. Guillermo H. Guiton, de Francia, fue uno de los Vicepresidentes del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC) y uno de los más animosos defensores de la fe cristiana evangélica. En 1958, en el Cuarto Congreso Plenario del CIIC, realizado en Brasil, del 12 al 21 de agosto, habló como un profeta sobre “Cristo y la Reforma”. El Rvdo. Guiton estaba feliz de que el CIIC fuera parte del Movimiento de la Reforma del Siglo XX. Dijo: “Nunca, desde los días de Martín Lutero y Juan Calvino, ha sido más vital y urgente tomar en cuenta la gloriosa Reforma del Siglo XVI, exponer y practicar el ejemplo maravilloso de su fe bíblica, su vida bíblica y su testimonio bíblico. Nunca antes ha sido el ejemplo maravilloso de sus predicadores, santos y mártires más estimulantes, más actual... el siglo veinte tendrá su propia reforma o se cubrirá de vergüenza y tinieblas, a pesar de todo el poder y luz de sus conquistas científicas y sociales”... ¿quién puede decir qué pérdida sería si la voz del protestantismo bíblico no se oyera más en la tierra, si la voz de todas las iglesias evangélicas fuera silenciada? Sería la gran apostasía.”

“Revivamos lo que los últimos cuatro siglos habrían sido para el mundo sin la multitud de personas verdaderamente ardientes y valientes, que han estado listas hasta a morir por su fe. Tengamos presente todos los tremendos beneficios, no sólo espirituales, sino también intelectuales y sociales que el mundo ha recibido... de esta poderosa compañía de testigos cristianos. Los evangélicos bíblicos de todas las naciones se ponen de pie y pelean la buena batalla de la fe en el nombre de nuestro Señor y para su gloria” (1ª Timoteo 6:12).

CONCLUSIÓN

El Comité Ejecutivo del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC) reunido en Corea acordó animar a nuestras iglesias para que recuerden cada año la Reforma del Siglo XVI, el último día de octubre, para agradecer a Dios por Lutero, Calvino y “por las estrellas de la mañana de la Reforma” y desafiar a los cristianos evangélicos para que les enseñen a sus familias acerca de la causa del Cristianismo Evangélico o Protestante y la lleven adelante.

“Salgamos pues a él fuera del real, llevando su vituperio, porque no tenemos aquí ciudad permanente, más buscamos la por venir” (Hebreos 13:13–14). Debemos seguir y adorar a Jesucristo, esperando su regreso. En esta hora necesitamos hombres que sean firmes en su fe, que sostengan firmemente el nombre del Redentor y que estén resueltos a no negar jamás la fe.

“El que dice que está en él debe andar como él anduvo” (1ª Juan 2:6). ¡Oremos para que Dios bendiga al Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC)!

APÉNDICE

Preámbulo del CIIC, escrito por el Dr. Carlos Mc Intire y aceptado en 1948.

CONSIDERANDO que es el deber de todas las iglesias verdaderas del Señor Jesucristo dar un testimonio claro de su fe en él, especialmente en estos días obscuros de apostasía en muchas iglesias profesantes, por la cual apostasía denominaciones enteras oficialmente, así como iglesias particulares, han sido atrapadas en una corriente modernista paganizantes con varios nombres y en diversos grados; y

CONSIDERANDO que se ha producido un crecimiento notable de dominación autocrática especialmente por parte de los dirigentes modernistas, quienes usurpan y están usurpando a menudo los poderes correctos de las iglesias verdaderas; y

CONSIDERANDO el mandamiento de Dios a su pueblo para que se aparte de toda incredulidad y corrupción son claros y positivos; y también

CONSIDERANDO que creemos que los tiempos exigen la formación de una agencia mundial, para el compañerismo y la cooperación por parte de las iglesias bíblicas en la proclamación y defensa del evangelio, en la conservación de un testimonio puro, firme y de alcance mundial respecto de aquellos grandes hechos y verdades reveladas del cristianismo histórico y especialmente de las grandes doctrinas de la Reforma Protestante y para realizar tareas que se pueden hacer mejor en cooperación que separadamente y para facilitar el cumplimiento de las obligaciones inherentes en la comisión de Cristo a su iglesia para dar a conocer el evangelio de Cristo a todo pueblo, lengua, tribu y nación.

El mundo enfrenta sus días más obscuros. Existe una necesidad desesperada de unidad. Se necesita el compañerismo y la acción unida de todos los que tenemos fe igualmente preciosa. Más aún, la necesidad más urgente del mundo es un testimonio claro y vibrante acerca de la fe cristiana histórica. Creemos que ese compañerismo y testimonio debe ser construido sobre la Palabra de Dios, la Biblia. En ella, y sólo en ella, se encuentra el fundamento sobre el cual tenemos que construir y el único que Dios honrará.

“Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?” El denominador común, entonces, sobre el cual se funda el Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC) y sobre el cual se levantará son las doctrinas evangélicas comunes y la decisión por parte del Concilio de no transar la verdad de nuestro Dios.

“... vendrá el enemigo como río, mas el espíritu de Jehová levantará bandera contra él” (Isaías 59:19).

NOTA: Este mensaje fue predicado el 10 de febrero del 2007, en el Culto de Edificación del XIX Congreso de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC), realizado en la Ciudad de Guatemala, Guatemala, del 8 al 13 de febrero del 2007.

* El doctor John A. Dekker es pastor de una iglesia presbiteriana bíblica en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. También es presidente del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas de Norteamérica (CIICNA) y segundo vicepresidente del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC), institución evangélica fundamentalista que viene luchando contra la apostasía ecuménica del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) desde 1948, y agrupa a más de 600 denominaciones evangélicas fundamentalistas en más de 100 países del Mundo, representando aproximadamente a 30 millones de creyentes fieles a Jesucristo y a su Palabra.