MADRID, España (ALC,AEE,P+D/ACPress.net) Aunque la FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España) ha pospuesto su decisión sobre la incorporación como entidad asociada a la Conferencia Europea de Iglesias (KEK), aún no ha cerrado esta cuestión. Por ello, y por el contenido de un artículo polémico publicado en ALC por Manuel López, vocal del Consejo Evangélico de Madrid, el debate sobre el ecumenismo no sólo está abierto, sino que ha alcanzado una intensidad como pocas veces se recuerda.
El artículo del vocal del Consejo Evangélico de Madrid y periodista Manuel López, publicado por ALC (Agencia Latinoamericana Caribeña de Comunicación) sobre lo ocurrido en la última Plenaria de la FEREDE ha abierto un amplio debate público sobre el ecumenismo en España y el papel de la FEREDE, así como la actuación de la Alianza Evangélica Española (AEE) en este tema. De hecho, ante las citas continuas que hace López en su artículo a la AEE, X. Manuel Suárez, como Vicepresidente de la Alianza Evangélica Española, ha respondido en un artículo.
La FEREDE es la entidad reconocida por el Estado español como interlocutora legal, con quien firmó en 1992 unos Acuerdos de colaboración. La AEE es la entidad interdenominacional evangélica más antigua de España, con más de 130 años de existencia (fue cofundadora de la propia FEREDE), y es una referencia fundamental (aunque no la única) del pensamiento, reflexión y expresión del protestantismo español.
¿QUÉ HA OCURRIDO REALMENTE EN LA FEREDE?
En su respuesta M. Suárez considera que el artículo de M. López da a entender falsamente que en la última Plenaria de la FEREDE se produjo un intenso debate en el que la Alianza lideró una posición reaccionaria, cuando “la Alianza ni habló de este tema en la Plenaria; quien presentó una posición definida fue el Consello Evanxélico de Galicia”, dice M. Suárez en su artículo.
Además, explica Suárez, la iniciativa del Consello –“que acordó su Xunta Directiva por ecuménica unanimidad”– sólo pretendió “que se ofreciese una información pertinente a las iglesias antes de que sus representantes decidiesen el voto”, y que “se recordase que la incorporación a una entidad ecuménica es exclusiva competencia de las iglesias y denominaciones, y no de la FEREDE”, ya que no sería “justo que ninguna iglesia o denominación tenga que asumir una posición votada mayoritariamente que contradiga su particular postura al respecto”.
Y aquí abre el debate Suárez en la cuestión del ecumenismo en España en relación al papel de la FEREDE, ya que considera que en éste área “si queremos que la FEREDE nos represente bien a todos, hemos de buscar que en lo posible todos apoyemos sus iniciativas con plena identificación, y para ello hay que mejorar aún mucho el flujo de información entre nuestros representantes y las iglesias, evitando la práctica de `si no decís nada en contra, votaremos a favor”.
Por otra parte, en cuestiones donde existe mucha diversidad, cree M. Suárez que “hay que evitar el riesgo de que la FEREDE se nos convierta en una Conferencia Episcopal”. Valorando sin ninguna duda el papel de FEREDE como de cohesión del protestantismo, sin embargo –dice Suárez- “hay terrenos que no debemos invadir porque corresponden a la competencia exclusiva de las iglesias, y pretender uniformizarnos en ellos (por ejemplo, en la estrategia ecuménica) por la simple vía de las mayorías de votos, puede generar innecesarias tensiones centrífugas y desintegradoras”.
Así, dice Manuel Suárez, “el meollo de la cuestión no está en si entramos en una u otra organización ecuménica, ni en calidad de qué lo hacemos: está en reconocer que esta decisión debe quedar reservada a cada iglesia o denominación, y así se debe respetar; es coherente con nuestra identidad protestante, respetuosa de la unidad en la diversidad”.
¿DE QUÉ ECUMENISMO HABLAMOS?
Por otra parte en opinión de Suárez Manuel López “plantea el debate en términos de ecumenismo sí o no”, cuando la postura de la AEE y del CEG no son antiecuménicas, sino que el debate se produce porque el tipo específico de ecumenismo representado por la KEK está “vinculado al pacto con la Iglesia Católica, y así señala específicamente la Carta Ecuménica que la KEK firmó con la Conferencia Episcopal Europea católica, en la que, entre otras cosas, ambas entidades se comprometen a pactar sus planes propios de evangelización para no hacer competencia entre católicos y protestantes”.
Entiende Suárez que la oración de Jesús por la unidad en el Evangelio de Juan capítulo 17 no une a todos indiscriminadamente, sino a los que “no son del mundo”, y, aunque acepta que “entre los católicos hay miembros de la Iglesia invisible universal de Cristo, la Iglesia Católica visible es definitivamente `del mundo”, y que “el ecumenismo no surge históricamente como un diálogo con Roma, sino como un diálogo entre protestantes”, siendo sólo mucho después que el Consejo Mundial de Iglesias quiso ampliarlo al entendimiento con la Iglesia Católica, y esto explica por qué la inmensa mayoría de los evangélicos en este país no apoyamos su neo-ecumenismo; apoyamos el primero, no este último”.
Y precisamente, dice Suárez, es importante señalar que M. López habla de que la FEREDE debe estar: “en los foros internacionales naturales: la Conferencia Europea de Iglesias primeramente, y acto seguido el Consejo Mundial de Iglesias”. Por ello, como consecuencia plantea que a partir de ahora se deberá explicar que lo que se pretende al entrar en el KEK no es “dar el primer paso para acabar en el Consejo Mundial de Iglesias”.
LA DERECHA RELIGIOSA
También responde M. Suárez al concepto utilizado por M. López en su escrito para definir a los “antiecuménicos” Consello Evanxélico Galego y Alianza Evangélica Española (AEE) como la “derecha religiosa”.
Entiende M. Suárez que este análisis “no explica el auténtico meollo de la cuestión” y que es “un uso corrompido de las palabras (...) sin rigor académico, esto es, sin definir antes qué entiende por derecha religiosa ni las características que ve en estas dos entidades para decidir colocarlas bajo esa categoría”, aplicando a continuación que esa “derecha religiosa” “por serlo, es el paradigma de la falta de fraternidad cristiana, en oposición a una –tampoco definida– “izquierda religiosa”, que parece que por ser izquierda interpreta mejor que nadie la voluntad de Dios para Su Iglesia”.
Explica Suárez que la Alianza incluye a personas de “decididas afinidades políticas de izquierdas”, aunque “todos ellos anteponen su fe a su filiación política”, algo que “debe de chocar mucho a M. López, a quien en los años que le conozco jamás le he visto hacer lo mismo, lo que sugiere que su perspectiva personal del cristianismo y de la política socialista coinciden al 100%”, por lo que “clasificar derecha/izquierda según la postura ante el ecumenismo tampoco aporta un análisis realista ni útil, y menos si se hace con escaso rigor”, concluye M. Suárez.
MÁS INFORMACIÓN
Manuel Suárez, como Vicepresidente de la Alianza Evangélica Española y en representación de su Junta Directiva, ha remitido a ALC su artículo para que sea allí publicado, en su derecho a réplica ante el contenido de lo escrito por Manuel López.
Pueden leer aquí el artículo completo de Manuel López, motivo de esta réplica.
También les ofrecemos las noticias:
- Culpan a la 'derecha religiosa' de posponer la entrada de la Federación Evangélica (FEREDE) en la KEK
- y Consello Evanxélico Galego: contrario a que entre la Federación Evangélica (FEREDE) en la Conferencia de Iglesias Europeas
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