Por: Pr. David Wilkerson*
Hay una vieja canción de la iglesia que tiene un profundo significado para mí. Dice, “Jesús tiene una mesa preparada donde los santos de Dios son alimentados. Él invita a su pueblo escogido, Ven y come.” Esa mesa esta en los cielos, y por fe debemos estar sentados allí. Pablo confirma que “…juntamente con él nos resucito, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.” (Efesios 2:6).
Hay una mesa del Señor preparada para nosotros en los cielos. Jesús dijo a sus discípulos, “Yo pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mi, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino…” (Lucas 22:29-30). Moisés, Aarón, Nadab y Abíu, y los ancianos de Israel comieron a la mesa del Señor en el Monte Sinaí. “Y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando esta sereno. Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.” (Éxodo 24:10-11).
¡Que imagen tan maravillosa: setenta y cuatro hombres de Dios, sentados con él, comiendo y bebiendo! ¡Que mesa tan sobrenatural! Que gloria debe haber sido. Parece que era tan abrumante que ninguno sino Moisés pudo captar esto; estaba sobre sus cabezas. Aarón bajó de esa mesa divina e hizo un becerro dorado. Nadab y Abíu ofrecieron fuego extraño y fueron consumidos por Dios.
Los reyes de Israel mantuvieron una mesa real. Era un honor que se le asignara un asiento en esa mesa especial. David le asigno un asiento en su mesa a Mefiboset. “Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatan tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tu comerás siempre a mi mesa.” (2 Samuel 9:7).
La Reina de Sabá se maravillo ante el glorioso banquete que se les proveyó a los asignados a la mesa real de Salomón. Se quedo sin aire al mirar, “…las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado de sus criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos…” (2 Crónicas 9:4). En esa mesa, la Reina de Sabá vio y escucho lo que tomo lugar allí. Ella rebozo, “Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría.” (2 Crónicas 9:7).
En la mesa, la sabiduría del rey era compartida en intimidad gloriosa. Allí, el abría todo su corazón a aquellos que están sentados. Nehemías dijo, “Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros estaban a mi mesa” (Nehemías 5:17). Estas mesas reales eran banquetes con un gran anfitrión en asistencia.
David dijo del Señor, “Aderezas mesa delante de mi en presencia de mis angustiadores.” (Salmo 23:5).
Estoy tratando de mostrar que en el Antiguo Testamento había una mesa real que era un tipo y sombra de la mesa celestial. Aquellos asignados a esa mesa real lo consideraban un gran honor y no pasaban por alto un solo banquete.
A David le fue asignado un asiento en la mesa real de Saúl. Sentarse en esa mesa se convirtió en un gran riesgo, por los celos de Saúl, así que David acordó con Jonatan dejar su asiento para determinar si Saúl realmente buscaba matarlo. Jonatan dijo, “…tu serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.” (1 Samuel 20:18). ¡Con toda seguridad, fue echado de menos! “Al siguiente día, el segundo día de la nueva luna, aconteció también que el asiento de David quedo vacío. Y Saúl dijo a Jonatan su hijo: ¿por que no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni ayer?” (v. 27).
Me pregunto, ¿cuantos ven el significado espiritual en todo esto? Ciertamente, Saúl no era un tipo de Cristo, ni su mesa un tipo de la mesa del Señor. Pero la mesa de los reyes del Antiguo Testamento es, un tipo y sombra, una imagen verdadera de la mesa celestial del Señor.
Pablo nos habla diciendo, “Así que celebremos la fiesta” (1 Corintios 5:8). En otras palabras, entendamos claramente que se nos ha asignado un asiento en los cielos con Cristo en su mesa real. Pablo esta diciendo, “¡Preséntate! Que nunca se diga de ti, “¡Tu asiento esta vacío!”
Si Saúl puede decir de David, “¿Por qué no viene el a mi mesa? ¿Dónde esta él? – ¿no puede el Señor decir lo mismo de nosotros? Nuestro Señor puede decir, “Te asigne un asiento en mi mesa real. Allí es donde mis siervos ven mi rostro, escuchan mi sabiduría, y llegan a conocerme. Es donde los alimento con el pan de vida. ¡Es un gran honor! ¿Por que lo tomas a la ligera? ¿Por que no tomas tu asiento? Corres de allá para acá trabajando para mí, hablando de mi, ¿por que no te sientas conmigo y aprendes de mi? ¿Dónde estas?”
La verdad es, ¡qué no estamos guardando la fiesta! No estamos comprendiendo la majestad y honor de ser levantados para sentarnos con Cristo en lugares celestiales. Estamos muy ocupados para su mesa.
Me imagino a nuestro Señor mirando sobre la tierra a multitudes de aquellos que se llaman por su nombre. ¡Siervos! ¡Pastores! ¡Misioneros! ¡Laicos, trabajadores cristianos! ¡Santos de Dios! Me pregunto, ¿Qué es lo que el Señor más quiere de aquellos que dicen ser leales a él? ¿Que le bendeciría, agradaría y deleitaría su ser? ¿Le construimos algo? ¿Más iglesias? ¿Más escuela Bíblicas? ¿Más centros evangelísticos? ¿Más hogares e instituciones para personas heridas? ¡Aquel que no habita en edificios hechos con manos quiere algo más que eso! Salomón pensó que había edificado un templo eterno para Dios.
Dentro de cincuenta años, estaba deteriorado; y en menos de 400 años, había desaparecido por completo. A la luz de la eternidad, esos son cuatro pestañeos. ¿Que podemos hacer y lograr para su gloria cuando él ya tiene toda la gloria? Ciertamente, no más hazañas que terminan en esplendor y grandeza terrenal.
¡Esta es una generación con una revelación limitada del Señor Jesucristo porque muchos están ausentes de la fiesta! ¡Sus asientos están vacíos! Existe una visión tan forzada y estancada de Cristo en la iglesia hoy. Con todas las predicas, alabanzas, el interminable hablar de él — ¡qué pocos tienen un verdadero aprecio por la mesa del Señor! Pocos conocen la grandeza y majestad de tal llamado sublime en Cristo Jesús.
Nosotros equivocadamente recibimos nuestro gozo espiritual del servicio a Dios –y no de comunión. ¡Estamos haciendo más y más por un Señor que conocemos cada vez menos! Nos hacemos trizas corriendo de un lado a otro; nos agotamos, vamos a cualquier lugar en la tierra, y entregamos nuestros cuerpos para su obra — ¡pero rara vez guardamos su fiesta! Tratamos la mesa del Señor muy frívolamente. ¡No estamos serios acerca de tomar nuestro lugar con él y aprender de él!
Pablo habla de tres años separados en el desierto de Arabia. Aquellos fueron tres años gloriosos, sentado en los cielos a la mesa del Señor. Fue allí que Cristo le enseñó a Pablo todo lo que él sabia; fue allí que la sabiduría de Dios fue manifestada en el. Para Pablo, ¡la conversión no fue suficiente! ¡Una visitación sobrenatural no fue suficiente! ¡Una sola visión hasta cegarse de Cristo, escuchar su voz milagrosamente desde el cielo, no era suficiente! Él había captado una visión pasajera del Señor. Él había experimentado uno de los llamados más espirituales que un hombre haya recibido de Dios.
¡Pero Pablo quería más! Algo en su alma gritaba, “¡Oh, si le conociera!” Con razón el podía decirle a todo el sistema cristiano, “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado” (1 Corintios 2:2). Él estaba diciendo, “Deja que los Judíos de Jerusalén se queden con su legalismo. Deja que los que guardan el sábado discutan los puntos de su doctrina. Deja aquellos que buscan ser justificados por obras se agoten. Deja que todos los demás en la iglesia piensan que me pasan por delante con toda su sabiduría mundana; pero para mi, ¡no quiero saber nada sino a Jesucristo!”
Pablo salió de Arabia con tres grandes compromisos, ¡todos tenían que ver solo con Cristo! Estos son los tres compromisos que Dios busca de todos los que se sientan a su mesa.
COMPROMISO #1:
¡Buscar una revelación creciente de la enormidad del Señor Jesucristo!
Desde la cruz, todos los gigantes espirituales tuvieron una cosa en común. Ellos reverenciaban la mesa del Señor; ellos se perdían en la gloriosa enormidad de Cristo; y murieron lamentándose que aun sabían muy poco de Cristo, todavía querían mucho más conocimiento de él. Así fue con todos los discípulos, con Pablo y con muchos padres de la primera iglesia; con Lutero, Zwinglio, y los puritanos; con los piadosos predicadores ingleses por más de 200 años; con hombres como Wesley, Fletcher, Whitefield, Mueller, Stoney, Mackintosh, y T. Austin-Sparks. Y así fue y es con los americanos piadosos – Tozer, Ravenhill, y muchos, muchos otros.
Que poderosa lista y cada uno de ellos compartieron la misma pasión: una revelación creciente de Jesucristo. Les importaba poco lo espectacular; lo terrenal, las cosas del mundo, éxito, ambición o fama mundana. Ellos oraban – no por cosas, no por bendiciones, no por ser usados, no por cualquier cosa del yo – sino solo por una revelación más plena de la gloria y grandeza del Señor.
¡Con el diablo suelto, teniendo gran ira porque él sabe que su tiempo es limitado, necesitamos una mayor revelación de Cristo! Satanás esta mostrando mayor poder y el infierno esta desatando toda su furia sobre esta generación. Las fortalezas del enemigo están aun más fortificadas, poderosas, mas arraigadas que en cualquier otra generación. Sin duda, Satanás se esta revelando al mundo como nunca antes. El conocimiento de Satanás, su poder, su reino, sus funcionamientos están en aumento. Él es mas conocido, menos temido y mas aceptado.
¡Un conocimiento básico de Cristo de escuela Bíblica no será suficiente en la guerra final! Sabiendo acerca de él no es suficiente. Un estudio de Cristo a través de la vida aun no es suficiente. ¡Necesitamos dejar de estudiar a Cristo; necesitamos ir a su mesa y permitir que el Espíritu Santo nos lo revele! Eso requiere mucho tiempo a su mesa.
He leído volúmenes escritos acerca de Jesucristo – y los autores realmente no lo conocen. Ellos son clínicos, precisos y doctrinalmente puros – ¡pero sin vida! ¡Ellos no habían comido ni bebido en su presencia! ¡Llegas a conocerlo solo estando mucho tiempo en su presencia! Llegas a conocerlo solo estando en su presencia, solo sentándote con él, escuchando su voz, esperando en él por sabiduría divina. Hombres ocupados y preocupados nunca llegan a conocerle. Ellos pasan años en algún tipo de visión pasada. Ellos no han recibido una palabra fresca, una revelación nueva de él por años. Cristo es honrado y ensalzado por ellos; pero el no es su misma vida.
¡Mas vale que no salgas al mundo donde los demonios reinan sin oposición a no ser que estés comprometido a una revelación creciente del poder y gloria de Cristo! Los principados y poderes de las tinieblas se reirán de ti. No tendrás impacto en el reino de las tinieblas. Solo aquel que conoce a Cristo en su plenitud, con una visión creciente, manda miedo por todo el infierno. Debes saber más que las cuatro leyes espirituales. Debes estar sobre tus rodillas a menudo; debes salir del trono – o te desmoronaras ante el enemigo.
¡SE NECESITA UN EVANGELIO AMPLIO PARA ABARCAR LOS PROBLEMAS COMPLICADOS Y CRECIENTES DE ESTA ERA PERVERSA! Dios no soluciona problemas – ¡él los traga en su enormidad! ¡El hombre de Dios con una revelación creciente de la enormidad de Cristo no tendrá temor de ningún problema, ningún diablo, ningún poder en la tierra! Él sabe que Cristo es más grande que todo.
Nuestra visión de Cristo es muy pequeña, muy limitada. Si tuviéramos una revelación de cuan enorme Cristo es –cuan infinito, sin medida, ilimitado e inmenso – nunca mas fuéramos abrumados por los problemas de la vida. En los últimos diez años, ha habido suficientes libros escritos sobre “Como hacer” para llenar la librería nacional de Washington. Hay un libro de formulas fáciles sobre todo tema conocido por el hombre. Todos son basados en lo que el hombre debe hacer para encontrar alivio. ¡Poco es de algún valor! Todo esta basado en una revelación estancada de la enormidad de Cristo.
Piensa en todos los matrimonios en problemas entre el pueblo de Dios. Décadas de consejos han fallado. Los libros, casetes y seminarios – todos tuvieron poco efecto. La cosa solo se puso peor. Lo que realmente se necesita es regresar a la presencia del Señor a toda prisa, al cuarto secreto de oración – sentarse a la mesa del Señor, perdiéndonos en la plenitud y enormidad del Señor. ¡Muchos no están buscando a Dios! No están bebiendo de la Palabra y alimentándose de Cristo, así que se hacen vulnerables al espíritu de esta era.
Pablo estaba comprometido a una revelación creciente de Jesucristo. Todo lo que él tenia de Cristo venia por revelación enseñada en la mesa del Señor, y confirmado por el Espíritu Santo. Él dijo, “que por revelación me fue declarado el misterio” (Efesios 3:3). El Espíritu Santo conocía los secretos profundos y escondidos de Dios, y Pablo oraba constantemente por el don de gracia para entender y predicar “…las inescrutables riquezas de Cristo” (Efesios 3:8). Pablo dijo que tenemos acceso a estas riquezas gloriosas en Cristo. Hablando de los propósitos eternos de Dios, él dijo, “en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (v. 12).
Dios nos ayude y perdone por no aprovechar nuestro “acceso con confianza” a sus enormes riquezas en gloria. Dios esta buscando creyentes quienes no están satisfechos con examinar a fondo todas las voces conflictivas para encontrar una palabra verdadera. Él busca a aquellos quienes buscan una revelación propia de él – una intimidad muy profunda y personal.
¿Cuantos predicadores, misioneros y maestros pueden decir con Pablo, “…que el evangelio anunciado por mi, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo?” (Gálatas 1:11-12)? ¿Que estas enseñando? ¿Es aquello que el hombre te enseñó? ¿Es un “recalentar” de la revelación de algún gran predicador? ¿Tienes tú una revelación propia? ¿Tienes un cielo abierto?
COMPROMISO #2
¡Predica a Jesucristo con intensidad creciente!
Pablo dijo, “Porque en el vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17:28). Verdaderos hombres de Dios viven dentro de este pequeño circulo; su vida, cada mover suyo, su misma existencia está envuelta solamente en los intereses de Cristo.
¡Por años en mi ministerio supe que el Espíritu Santo estaba atrayéndome a un ministerio dedicado a Cristo solamente! ¡Cuánto ansiaba mi corazón no predicar nada sino solo a él! Pero encontré el círculo muy estrecho porque mi corazón estaba dividido y no tenía un fluir de revelación para sostener tal predicación.
Para no predicar otra cosa sino a Cristo, ¡debe haber un fluir continuo de la revelación del Espíritu Santo! De lo contrario, terminaras repitiendo una revelación rancia. Si el Espíritu Santo conoce la mente de Dios, si él escudriña las cosas escondidas y profundas del Padre, y si el debe ser en mi una fuente de agua viva – entonces esa fuente de agua fluyente es una revelación continua e interminable de Cristo.
Esto espera a cada siervo del Señor que esta dispuesto a esperar en el Señor – calladamente, creyendo en fe, confiando que el Espíritu Santo le manifestara la mente de Dios. Existe tan poca verdad fresca, tan poca palabra del Señor clara y siempre expandida. La iglesia esta plagada de presuntos profetas que andan diciendo, “Dios me dijo” o “Tengo una palabra de Dios para usted.” La mayoría son majaderías, tonterías.
Lo que más se necesita hoy es su palabra infalible – una revelación verdadera y viviente. Samuel tuvo esa clase de palabra de Dios y todo Israel lo sabia. De todas las voces en la tierra, la suya salía adelante y ni una palabra caía a tierra. Hay multitudes hoy tratando de examinar a fondo todas las voces para escuchar la palabra clara de Dios. Los santos se están cansando del aluvión de voces, voces y voces. Solo encuentran unos cuantos granos de trigo entre montañas de paja.
El pueblo de Dios alrededor del mundo esta listo para seguir adelante en el Señor. Ellos están hambrientos, sedientos y cansados de la ligereza y necedad en el púlpito. Ellos me escriben pidiendo oración por sus pastores, diciendo, “¡El no tiene palabra de Dios! ¡Él es tonto! ¡Ligero! ¡Él hace chistes! ¡El no tiene fuego! ¡Nada de lo que dice me conmueve! ¿Qué podemos hacer?”
El Señor esta llamando a su novia; existe un remanente santo, gimiendo y orando que se esta levantando de Laodicea. El asunto es: ¿Habrá suficientes hombres de Dios en nuestros púlpitos con suficiente unción y revelación fresca para sostenerlos? ¿La oveja crecerá más que el pastor? ¿Habrá apoyo para estos que están yendo mas profundo con el Señor? ¿Habrá hombres de Dios con la sabiduría de Dios para edificarlos y encargarse de ellos?
Solo Cristo es la luz. Si no esta comprometido a predicar acerca de él, ¡no estas echando fuera las tinieblas! El mundo entero yace en tinieblas y solo la luz dispersa esas tinieblas. ¡Esto es NADA, SINO SOLO CRISTO! Algunos de ustedes están en un lugar oscuro. Pedro dijo, “Tenemos también la palabra profética mas segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro” (2 Pedro 1:19).
Pablo dijo, “Porque Dios, que mando que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” (2 Corintios 4:6). Juan dijo, “…su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas.” (Apocalipsis 16:10).
¡Tus buenas obras no dispersaran esas tinieblas! ¡Tus predicas acerca de asuntos sociales no cortaran las tinieblas! ¡Tus viejas notas de Spurgeon tampoco lo harán! ¡Tus cuentos no ayudaran! ¡Todas tus experiencias personales no lo harán! ¡Iré mas allá; tus ataduras de los poderes de las tinieblas no funcionaran – sino hasta que la luz de Cristo brille en toda su gloria!
¡Todas las tinieblas huyen – desvanecen – en la luz de la gloria de Dios reflejada en el rostro de Jesucristo! Aconsejo a todos los ministros cristianos que dejen sus notas, dejan de estudiar otras predicas y estudien solo a Cristo, en el cuarto secreto. Nosotros servimos al mismo Dios. Somos enseñados por el mismo Espíritu Santo, como todos los hombres que han conocido a Cristo en su plenitud. ¡Es un asunto de hambre y desesperación!
Una vez fui un “gran” evangelista con un séquito de hombres y gente de respaldo. Miles salían a escucharme. ¡Pero me iba quedando vacío! Estaba muy ocupado para buscar mi propia revelación. ¡Llore; sintiéndome solo y herido! En mi desesperación, un santo de Dios me dio una copia de The Cristian in Complete Armour - “El Cristiano con la Armadura Completa” por William Gurnall.
¡Me aplasto! Dije, “¡No conozco a Dios como este hombre!” ¡Eso fue todo! ¡Me cerré! Leí a través de los puritanos: Silbes, Brown, John Owens, Watson. Leí a Baxter, Bunyan, Lutero, Zwinglio. ¡Luego leí a los escritores mas antiguos: Wesley, John Fletcher, Darby, Stoney, Mackintosh, T.Austin-Sparks – etcétera, etcétera! Ellos tan solo me dieron hambre por encontrar mi lugar en él. Leí hasta que Dios dijo, “¡DETENTE! ¡COMETE EL LIBRO!” (La Biblia).
Santos de Dios, ¡CÓMANSE EL LIBRO! ¡Obtengan su propio toque de Dios! ¡Entren en el fluir de la revelación divina! Predica a Cristo el año siguiente en mayor medida que este año. ¡Mantente fresco! ¡Predica a Cristo solamente; ve de gloria a gloria! ¿Predica de éxito? ¿Motivación? ¿Predicación de imagen personal? ¿Políticas? ¡Fuera con todo eso; son tan solo las heces traficadas por hombres sin revelación!
COMPROMISO #3
¡Aumentando la vida de Cristo en mi vida
para que corresponda con mi revelación de él!
Pablo aclara que Cristo fue revelado en el, no simplemente a el (Gálatas 1:16). Esta semana recibí una preciosa carta de un piadoso padre en Cristo. Él es piadoso y para mí es como si escuchara a Pablo el apóstol. Él escribió, “El hecho que Pablo vio 'solo en parte' no aminoró la gloria de lo que vio, ni tampoco se le hizo difícil declararla. Yo creo que en todo nuestro buscar de él, debemos reconocer que es el conocimiento de él que realmente necesitamos; y la verdad que buscamos es verdad que debe ser efectuada dentro de nosotros por el espíritu de vida—antes que realmente sea nuestro.”
Sabiendo esto, comenzamos a comprender que Dios no cree apropiado impartir mas, ni tampoco debemos desear más de lo que somos capaces de digerir e incorporar en nuestras vidas. La revelación puede hacernos mas mal que bien si no existe una correspondiente ministración de vida en nuestro espíritu. El Árbol de Vida sigue siendo más deseado que el Árbol de Conocimiento. Solo conociéndolo y viéndolo repentinamente estamos creciendo en el conocimiento y comprensión de misterios de verdad que nunca pueden ser descifrados en cualquier tipo de investigación. “…haciendo el en vosotros lo que es agradable delante de el por Jesucristo” (Hebreos 13:21).
Es una blasfemia predicar aquello que simplemente pasa por nosotros sin haber obrado un cambio. Es criminal a la vista de Dios predicar aquello que no ha obrado su poder en nuestras propias vidas y ministerios. Puede ser aceptable para algunos superficiales predicar a Cristo con contención, ¡pero no para el hombre o mujer de Dios!
Debemos predicar una siempre creciente revelación de Cristo – solo mientras esa revelación haya efectuado un cambio en nosotros. Mi oración ahora es, “¡Oh Dios, déjame predicar solo aquello que entiendo por el Espíritu! ¡Permite que sea pleno! Permite que primero sea parte de mi naturaleza y carácter. Permite que primero sea parte de mi propia historia espiritual con el Señor.”
Pablo expreso una preocupación privada: “no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” Con toda certeza, el nunca hubiera dudado su seguridad en Cristo. Eso no estaba en su mente aquí. La palabra griega para eliminado aquí significa “sin aprobación” o “indigno.”
Él tuvo pavor de solo pensar de estar ante Cristo en el juicio para ser juzgado por predicar a un Cristo que el realmente no conocía o el haber predicado un evangelio que el no practicaba plenamente. Por eso que escuchas a Pablo hablando tan a menudo del “Cristo vivo” o “Cristo en mi.” A los ojos de Pablo, cualquier ministro que predicara a otros debe estar siempre creciente en el conocimiento y practica de Cristo – ¡o ser desaprobado!
En resumen, tengo una pregunta que debo hacerte. ¡Es una que el Espíritu Santo me ha presionado a hacer! ¡No puedes continuar una hora mas llamándote siervo de Dios hasta que la contestes! Es el corazón de todo este mensaje.
¿QUIERES REALMENTE NADA MAS QUE A CRISTO? ¿ES EL VERDADERAMENTE TODO – TU ÚNICA RAZÓN DE VIVIR? ¿Dónde esta el basurero en tu vida? ¿Ya has contado todo perdido por la revelación de él? Si quieres nada sino Cristo, tu ministerio no es tu carrera – ¡es la oración! Si él es todo en todo para ti, ¡rechazaras como perversidad la escalera del éxito! ¡Te esconderás en él! ¡No tendrás que ser empujado a buscarle! ¡Iras a menudo a tu cuarto secreto, sabiendo que en el momento que entres, estas sentado a su mesa! ¡Adoraras! Oh si, te sentaras en su presencia, sin prisas, amándolo, adorando con manos levantadas, anhelando mas de él.
Muchos de nosotros usamos a Cristo. Lo usamos para llevar adelante nuestros propios ministerios, para edificar nuestros reinos. ¡Hacemos comercio con su nombre! ¡Dios nos perdone!
¿LE AMAMOS? ¿LO QUEREMOS SOLO A ÉL? Hasta que sepas que solo Cristo es todo lo que necesitas y todo lo que deseas, no vayas a ninguna parte en su nombre. ¡No hagas nada en su nombre! ¡Establece ese asunto primero! ¡Todo lo que tienes que darle a la gente es lo que tienes de Cristo!
NOTA: Este mensaje fue predicado el 25 de junio de 1985.
Traducido por Renata Viglione. HTML por Carlos Colón y Edición del Texto por Renata Viglione.
Derecho de autor © 2007 por World Challenge, Lindale, Texas, USA.
* El reverendo David Wilkerson es un predicador estadounidense que nunca ha evitado enfrentarse al peligro de las bandas de los barrios bajos del Bronx, Brooklyn y Manhattan, con tal de llevarles el Evangelio del amor de Dios. También se ha dirigido a los cristianos con preocupación por mucho de lo que está ocurriendo en medio de las iglesias evangélicas, como el mensaje de prosperidad, “la mayor aberración del Evangelio en toda su historia.” Y de los que “no hablan de la cruz ni de la santidad; del pecado ni del juicio.” Algunos de sus libros más conocidos son: 'La cruz y el puñal', 'Sexo y drogas', 'Camino de Jesús', 'La profecía', 'David Wilkerson exhorta a la iglesia', 'Profetas con vendas mágicas', 'Toque de trompeta en Sión', 'La Visión', etc. El libro 'La cruz y el puñal' marcó el comienzo de una popularidad que trascendió las paredes de la Iglesia Evangélica. Su converso más notable es Nicky Cruz. Fundó la Iglesia Time Square, que se ha convertido en una de las congregaciones más numerosas de Nueva York, Estados Unidos de América.
MÁS INFORMACIÓN:
Puede leer otras prédicas del reverendo David Wilkerson en el siguiente enlace web:
www.tscpulpitseries.org/spanish.html
Sitio Web del Ministerio del Rev. David Wilkerson (en inglés):
http://www.davidwilkerson.org/
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