Domingo 11 de Diciembre del 2011
Por: Pr. Miguel Rosell*
Desde tiempos que se pierden en la neblina del recuerdo, cada año arrastramos una tradición poco menos que ancestral, que hace teñir de blanco y de luces de colores nuestras ciudades y pueblos, casi cada rincón que dejamos a un lado en nuestro transcurrir cotidiano en esos días, y que pretende entrar por una ventanita de nuestro corazón.
Esa tradición está arraigada en la memoria de los niños que éramos, cuando aquellos días pasados se nos antojaban felices, porque venían los regalos y las sonrisas, y quizás la inesperada visita de algún pariente más o menos lejano. Días de frío, de nieve…días fugaces como la pretendida estrella de Belén que nuestros hermanos mayores hacían con papel de plata.
Días también escogidos, esta vez para el oportunismo comercial; haciendo el agosto en invierno…
Obviamente, nos estamos refiriendo a lo que llaman, la Navidad.
Sin embargo, por encima de cualquier nostalgia más o menos agradable, así como de cualquier dechado de buenas intenciones que siempre las habrá sin duda, en este artículo me gustaría hacer un especial énfasis en un aspecto muy oscuro, desconocido para muchos, y que sin embargo, tiene una importancia grande en el mundo de lo invisible, y que trasciende a lo meramente ornamental, tradicional, familiar, festivo, emotivo, especulativo, incluso religioso. Me estoy refiriendo al “espíritu de la Navidad”.
Por: Pr. Miguel Rosell*
Desde tiempos que se pierden en la neblina del recuerdo, cada año arrastramos una tradición poco menos que ancestral, que hace teñir de blanco y de luces de colores nuestras ciudades y pueblos, casi cada rincón que dejamos a un lado en nuestro transcurrir cotidiano en esos días, y que pretende entrar por una ventanita de nuestro corazón.
Esa tradición está arraigada en la memoria de los niños que éramos, cuando aquellos días pasados se nos antojaban felices, porque venían los regalos y las sonrisas, y quizás la inesperada visita de algún pariente más o menos lejano. Días de frío, de nieve…días fugaces como la pretendida estrella de Belén que nuestros hermanos mayores hacían con papel de plata.
Días también escogidos, esta vez para el oportunismo comercial; haciendo el agosto en invierno…
Obviamente, nos estamos refiriendo a lo que llaman, la Navidad.
Sin embargo, por encima de cualquier nostalgia más o menos agradable, así como de cualquier dechado de buenas intenciones que siempre las habrá sin duda, en este artículo me gustaría hacer un especial énfasis en un aspecto muy oscuro, desconocido para muchos, y que sin embargo, tiene una importancia grande en el mundo de lo invisible, y que trasciende a lo meramente ornamental, tradicional, familiar, festivo, emotivo, especulativo, incluso religioso. Me estoy refiriendo al “espíritu de la Navidad”.
Representación de la Nueva Era del "espíritu de la Navidad", como alguien bello y agradable, repartiendo "suerte" y regalo. |
El auténtico “espíritu de la Navidad” nada tiene que ver con lo amable y agradable que tradicionalmente se ha entendido para estas señaladas fiestas, sino todo lo contrario. Además, es mucho más siniestro de lo que muchos pudieran imaginar.
Satanás es un experto en la profanación, especialmente de todo aquello que pudiera tener, aunque de forma intuitiva, tintes de Cristianismo.
Escribe así una autora investigadora del satanismo:
“Los satanistas profanan los días festivos cristianos. En Navidad mayormente se sacrifican criaturas para ridiculizar a Jesucristo” (1)
De forma exacta a la anterior se refiere William Schnoebelen, ex satanista:
“El clímax principal: El 24 de diciembre. Se requieren sacrificios humanos (varón o hembra cristiano de cualquier edad)” (2)
Satanás, Dios le reprenda, siempre intenta aprovecharse de cualquier cuestión de aparente inocencia, para volcar su torrente de maldad. Eso incluye la propia Navidad.
De hecho la Navidad ha llegado a ser algo tan tremendamente ambiguo y difuminado, que si alguna vez tuvo algún mínimo sentido cristiano, prácticamente se perdió ya, y no obstante el enemigo se sigue aprovechando de cualquier evocación acerca del nacimiento del Salvador, para levantar un poder maligno contra todos los hombres, y especialmente los cristianos. Eso lo hace con su “espíritu de la Navidad”.
1. El “espíritu de la Navidad”, su leyenda y su engaño
El llamado “espíritu de la Navidad” proviene de una leyenda nórdica, que ha llegado a nosotros en forma multiversionada, y que a través de la Nueva Era y del ocultismo en general, se ha ido afincando en muchos lugares, suplantando con una increíble sutileza el sentido tradicional de la Navidad. Hasta tiene su momento concreto del año para descender:
“La celebración de la llegada del Espíritu de la Navidad es una tradición de origen nórdico, que paulatinamente se introdujo en Venezuela. Esta festividad toma la fecha del 21 de diciembre, día en que la Tierra entra en el Solsticio de Invierno, es decir, cuando el planeta se encuentra en el punto más lejano de su órbita respecto al sol; es la ocasión propicia para que, entre las diez y unos minutos pasada la medianoche (según el año) el Espíritu de la Navidad baje a la tierra y visite a los hombres de buena voluntad” (3)
Sol lejano, solsticio de invierno. |
Esa leyenda enseña que ese espíritu llega a la tierra en un moento dado, dicen que producto del fenómeno cósmico conocido como Solsticio de Invierno, con la aparente misión de traer al plano natural o físico, todo aquello que deseamos.
Es el hombre de “buena voluntad” que puede obtener todo lo que desee por entender merecerlo, y que la “Providencia” siempre se lo concederá. Prestemos atención al carácter eminentemente esotérico que tiene esto, y que parte de posicionamientos absolutamente ocultistas.
Es la misma terminología que emplean algunos maestros presuntamente cristianos cuando enseñan sobre la visualización, y la falsa fe. Veamos la siguiente cita de César Castellanos:
“Todo lo que desees en el plano natural, conquístalo en la dimensión espiritual a través de la fe y quedarás asombrado de todo lo que podrás lograr” (énfasis nuestro) (4)
Esa es la perfecta excusa del diablo para que la gente invoque un falso espíritu, para así lograr obtener de la “dimensión espiritual” lo que se desea. No es más que brujería. Además, este posicionamiento alienta la autosuficiencia del individuo, es decir, le lleva a centrarse en sí mismo y no en el verdadero Dios y en Su voluntad.
2. El “espíritu de la Navidad”, la trampa del diablo
Insistimos en el punto de que para Satanás el asunto de la Navidad, es una perfecta excusa para introducir el concepto absolutamente ocultista, pagano y destructivo del llamado “espíritu de la Navidad”, el cual jamás ningún verdadero hijo de Dios debería invocar o desear en modo alguno.
Fiel en su obra de pervertir, profanar y deshonrar todo lo bueno, Satanás ha levantado todo un ejército de hombres y mujeres suyos, que durante los meses de noviembre y diciembre, a través del ocultismo, la metafísica, meditación orientalista, el efectuar rezos, conjuros, y hasta sacrificios de animales y de humanos, todo encuadrado en el satanismo y en la llamada Nueva Era ocultista, está levantando un espíritu satánico muy poderoso, una unión de demonios, dirigida principalmente a los niños y a los adolescentes, y también a toda la humanidad.
A esa tarea hecha a conciencia por los servidores del diablo, se le une la ingenua e ignorante de todos aquéllos, millones, que en cualquier lugar del mundo invocan al mismo espíritu, al cual llaman por nombre: “espíritu de la Navidad”, que es extremadamente promovido, publicitado e invocado, y al cual se le piden regalos y los mejores deseos para todos en esa época. Los demonios tienen vía libre para efectuar mucha maldad entonces, disfrazados de espíritus de luz y bondad.
Soplando el espíritu de la Navidad. |
No proviene de Dios
El “espíritu de la Navidad”, absolutamente NADA tiene que ver con el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
¡No! El “espíritu de la Navidad”, invocado y deseado por tantos, no proviene de Dios sino del enemigo. No se encuentra en las Sagradas Escrituras, y es una forma más de seducir, confundir y destruir a las gentes, especialmente dirigido a los más inocentes.
Nótese que es un espíritu. Un espíritu, es un ente personal, aunque invisible. O es de Dios, o es del diablo. El “espíritu de la Navidad”, y así se le llama, no es de Dios. No es el bendito Espíritu Santo, ni tampoco son los verdaderos santos ángeles del Altísimo.
El autor de Mipunto. com en su artículo “el espíritu de la Navidad”, escribe lo siguiente:
“El espíritu de la Navidad es concebido no como una persona de carne y hueso, a pesar de que la leyenda así lo describe, sino más bien como una energía que viene desde del centro de nuestro sistema estelar y que llega año tras año para repartir, más que cosas materiales, aquello de lo cual los seres humanos no pueden prescindir: paz, amor, armonía y alegría” (5)
Una energía espiritual proveniente de las regiones celestes: Son demonios. |
Es un espíritu que busca el tomar el lugar de Cristo, porque sólo Él puede traer al ser humano la verdadera paz, el amor de Dios y el gozo del Espíritu Santo. Por lo tanto, es un espíritu anticristo.
Entonces, ¿qué es el “espíritu de la Navidad” en realidad?: Es una amalgama de millones de demonios que son conjurados en esta época específica del año, y actúan todos a una desde los aires y desde cualquier rincón del planeta con una misma meta, la cual está formada por diferentes objetivos que se complementan entre sí.
En esta época del año, el maligno envía a tierra gran cantidad de sus huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Ef. 6: 12), multitud de legiones de demonios a la tierra, llamándoles el “espíritu de la Navidad”.
Veamos algunos de aquellos objetivos comentados:
- Entrar en los cuerpos de las personas.
- Seducir a las gentes bajo el poder y voluntad de Satanás.
- Lograr una mayor interacción con los hombres, especialmente con los niños.
- Tratar de eliminar cualquier atisbo de verdadero Cristianismo.
- Engañar a los niños y adolescentes, redirigiéndoles a las fábulas y la fantasía en vez de a la verdad de Cristo.
- Destruir la verdadera fe de los inocentes.
- Atraer una falsa unidad entre los hombres.
- Exaltar al individuo como un dios.
- Estimular al creyente a tener una errónea comprensión de lo espiritual.
- Levantar un anhelo para un “mañana mejor”, y con ello la expectación de que se levante un salvador del mundo (el Anticristo).
La meta final es la destrucción de la humanidad, y a poder ser, la del verdadero creyente.
La falsa unidad humanista. |
En cuanto a traer la falsa unidad entre los hombres, y la auto exaltación del individuo, en este sentido, prestemos atención a un destacado autor de la Nueva Era, el músico y metafísico venezolano Rubén Cendeño, que anima a sus lectores a repetir un rezo todos los días, invocando al “espíritu de la Navidad”:
Carta al "espíritu de la Navidad". |
Nótese que el autor utiliza una terminología que presenta como cristiana, pero absolutamente errada y pervertida, donde el individuo que eleva el rezo se hace llamar “Yo Soy”, término que sólo le corresponde al verdadero Dios, por lo tanto, endiosándose.
Nótese también que la petición hasta parece recta. Nos habla de armonía, de paz, de la gracia; nos habla de fe en que se cumplirá la petición, pero todo no es más que un fraude espiritual que deviene en atadura para todo aquel que lo cree y lo realiza.
Y nótese también que machaconamente, hay que leerla diariamente (para que no se le olvide a la Providencia), y luego, como se hace en los Encuentros del G12 con las “hojas clínicas”, hay que quemarla.
3. La ignorancia no exime la responsabilidad
Cada vez que alguien celebra, desea y bendice con el “espíritu de la Navidad”, aunque lo haga con sus mejores deseos e intenciones, está de hecho invocando a legiones de demonios que no dudarán en actuar hasta donde Dios les permita hacerlo, y no respetarán si es usted cristiano de veras, porque la ignorancia no nos exime de responsabilidad.
¡Cuántas veces leemos o escuchamos a alguien diciendo algo así como: “¡Y que el espíritu de la Navidad les traiga felicidad y amor en estas fiestas tan señaladas!”.Esa es una invocación al espíritu inmundo aludido, aunque no se entienda que realmente es un espíritu como tal.
¿Muérdago, acebo?
En cuantas puertas de hogares, incluso de cristianos no se coloca una corona de acebo. ¿De dónde viene esa tradición? El contexto es absolutamente pagano. El acebo sustituye al muérdago, el cual va asociado a los ancestrales poderes mágicos y a la protección, prosperidad y buena suerte.
En este sentido leemos así en el artículo “Festividad Navideña” de “monografías.com”:
“La planta de muérdago es el heraldo que anuncia al espíritu de la Navidad. Los ramilletes de muérdago, en forma de coronas, se cuelgan en los marcos de las puertas y ventanas de la casas para beneficiarse de buena suerte”. (6)
El muérdago. |
Si nos damos cuenta, todo tiene un sentido, y siempre es hacia razones y planteamientos ocultistas. En este caso, al colocar esa planta en la puerta del hogar, se está dando permiso a que el “espíritu de la Navidad” entre en esa casa…y eso no lo saben tantos incautos, que se prestan ignorantemente a ello, en aras de la tradición navideña.
El acebo. |
4. Instrucciones para la recepción del “espíritu de la Navidad”
Si a pesar de todas las explicaciones que hemos dado a lo largo de este artículo, usted todavía desea recibir el “espíritu de la Navidad”, aquí le presentamos las siguientes instrucciones de mano de un autor de la Nueva Era…aunque, estoy seguro que usted no hará eso.
Pero sólo por conocer más sobre este siniestro entramado, para luego desecharlo como inmundo y pagano, será pertinente previamente conocerlo:
Las siguientes son algunas instrucciones precisas para la recepción del taimado “espíritu de la Navidad”:
“Ritual: El 21 de diciembre, exactamente entre las 10:00 y las 12:00 de la noche, el Espíritu de la Navidad desciende para acompañarnos en estas fiestas decembrinas.El día anterior a su descenso se debe limpiar la casa, con el fin de recibirlo libre de energías negativas y luego al día siguiente, después de la cena, se deben encender velas de color azul y aromas de mandarina o limón para hacer que su llegada sea aún más placentera.
Los deseos que se le piden se escriben en orden de prioridad de mayor a menor y se recomienda pedir en primer lugar por el bienestar y la paz mundial hasta llegar a los deseos más personales. Se cortan en tiras y se guardan hasta la visita del año siguiente para que se puedan quemar sólo aquellos que se cumplieron” (7)
¡Qué pérfida manera de alentar a propios y a extraños a dar la bienvenida a toda una colección de demonios que acompañarán a esos incautos durante todo el año para causar en ellos las más variadas clases de males!
El testimonio de Amanda
El siguiente es el testimonio de la hermana Amanda (no es su verdadero nombre). Amanda había participado en la Nueva Era en Venezuela. He aquí su relato acerca del “espíritu de la Navidad” y de los preparativos para recibirlo (y por favor, no lo hagan):
“La fiesta se celebra el 21 de Diciembre, y se prepara una cena como la del 25; es una gran fiesta, y guardan en la mesa un lugar para el “espíritu navideño” o “espíritu de la Navidad” (llamado energía). Le sirven tal igual como si fuera una persona que va a comer, pero el lugar que ocupa en la mesa tiene que ser el principal.
Decoran la casa con todos los adornos navideños, pero no puede faltar Papa Noel. Si tus deseos son tener dinero, tienes que poner a Papa Noel con un cofre de muchas monedas. Si no quieres que falte el pan, entonces Papa Noel tiene que tener vasijas de arroz, lentejas, etc. Según lo que desees, es lo que debes poner.
Luego antes de las 12 debes abrir la puerta y las ventanas para que el “espíritu de la Navidad” pueda entrar y quedarse en la casa, las personas deben esperar afuera y entrar después de esa hora, ya que es el espíritu el que les invita a entrar, y es que debe tomar posesión de toda la casa”.
Sepan ustedes que a Amanda hubo que ministrarla liberación, y justamente uno de los demonios fuertes que salieron de ella fue “el espíritu de la Navidad”, el cual en su día entró en ella por haber realizado el ritual que hemos acabado de leer.
Hermanos, esa es la razón por la cual, más que nunca debemos despojarnos de tradiciones de hombres, doctrinas de demonios y cosas similares, e ir a las Sagradas Escrituras, las cuales nos enseñan qué creer y qué no creer; qué hacer, y qué no hacer.
5. Combatiendo el “espíritu de la Navidad”
Lejos de considerar alentar en cualquier manera al “espíritu de la Navidad”, lo que hay que hacer es combatirlo, ¿cómo? Principalmente con la oración. Orando por todos los inocentes, sobre todo por los niños. Cubriendo en oración a nuestros hijos, a la familia, y a la iglesia, así como orar por los demás. Este es el principal motivo de este artículo.
No es menester añadir que todo esto implica una lucha espiritual que los cristianos debemos hacer:Los niños, son el principal objetivo del "espíritu de la Navidad". |
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
Es muy importante que informemos a cuantos más mejor, para que no caigan en la trampa de hacer como hizo Amanda. No bajemos la guardia en estas fechas, porque el enemigo utiliza todo lo presuntamente cándido e inocente para destruir al que procede con ingenuidad:
“El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño” (Proverbios 22:3).
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, Pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Diciembre 2006
Anotaciones
1. Dra. Rebecca Brown; “Vasija para honra”, pág. 300.
2. William Schnoebelen, “Lucifer destronado”; Apéndice I; El calendario satánico; pág. 333.
3. Portada TERRA VENEZUELA Navidad 2005; El espíritu de la Navidad.
4. César Castellanos; “Liderazgo de éxito a través de los 12”; pág. 144.
5. Mipunto. com en su artículo “el espíritu de la Navidad”.
6. Artículo “Festividad Navideña” de “monografías.com
7. Mipunto.com, “el espíritu de la Navidad”.
* El pastor Miguel Rosell Carrillo pastorea la Iglesia Evangélica "Centro Rey Jesucristo" (pentecostal) en Madrid, España. Es un asiduo estudioso de las Sagradas Escrituras, destacándose por sus variados artículos apologéticos y escatológicos. En dichos artículos defiende la fe bíblica frente a la Apostasía causada por los movimientos heréticos infiltrados en la Iglesia Cristiana Evangélica como el Movimiento G12, la Teología del Reino Presente o Teología del Dominio, la Nueva Reforma Apostólica, etc.
Sitio Web de la Iglesia "Centro Rey Jesucristo" (Pr. Miguel Rosell):
www.centrorey.org
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