Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. |
BUENOS AIRES, Argentina (Protestante Digital) El Centro Nacional de Oración (CNO), cuya sede está estratégicamente ubicada frente al Congreso de la Nación, en el centro político, religioso y económico de la Argentina, ha convocado al “cuerpo de Cristo” a orar por la salud de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que será operada de un cáncer de tiroides el 4 de enero próximo.
El comunicado difundido por esta organización que encabeza Alejandro Rodríguez propone a los evangélicos orar por la salud de la Presidenta y la intervención a la que será sometida y para que la mandataria “pueda ver al Señor de forma personal a través de esta situación”. También incluye entre los motivos al médico Pedro Saco y su equipo, quienes estarán a cargo de la operación, la familia de la jefa de Estado y al vicepresidente Amado Boudou, que quedará a cargo de la Presidencia durante la convalecencia de Cristina Fernández.
El Gobierno informó el 27 de diciembre que la jefa de Estado sufre de un “carcinoma papilar en el lóbulo derecho de la glándula tiroides” y destacó “la ausencia de compromiso de los ganglios linfáticos y la inexistencia de metástasis” (es decir, que está en principio localizado).
EVENTOS DE IMPACTO
El Centro Nacional de Oración (CNO) abrió sus puertas en septiembre del 2002 y por primera vez en la historia de Argentina, la iglesia evangélica tuvo una presencia permanente en Plaza de Mayo, escenario donde se han desarrollado los acontecimientos más importantes que han marcado la historia de la nación desde su fundación. “Después de 6 años, en el 2008, Dios nos llevó a establecer nuestra oficina frente al Congreso de la Nación sin que perdiéramos la importancia de permanecer en un lugar estratégico. En el Congreso de la Nación, al igual que en Plaza de Mayo, ocurren la mayoría de los sucesos relevantes en nuestra nación”, expresa la entidad en su sitio web.
El principal objetivo del Centro Nacional de Oración (CNO) es lograr un impacto permanente en todo el país, a partir de la oración de intercesores comprometidos en los sucesos que afecten a las diferentes áreas de la sociedad (familia, educación, salud, medios de comunicación, arte, deportes, iglesia y gobierno), e influir incluso en los altos funcionarios de la política.
UNA HERENCIA DE LA DICTADURA
Cristina Fernández acaba de iniciar su segundo mandato, dando continuidad al “periodo kirchnerista” iniciado en el 2003. El Gobierno mantiene una deuda importante con el campo religioso: la permanencia de una ley, la 21.745 promulgada por el ex dictador Jorge Rafael Videla. Mientras el oficialismo exhibió una clara y fuerte decisión política para erradicar legislaciones provenientes de la época de las botas militares, su voluntad de igualar derechos y oportunidades es escasa cuando se trata de las religiones.
El secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri, quien fue ratificado en el cargo, dictó en el 2006 un decreto para flexibilizar la inscripción de organizaciones religiosas. Sin embargo, la inscripción como personas jurídicas de las iglesias y los cultos inscritos se sigue rigiendo por la ley militar. Durante la gestión de Oliveri se elaboraron tres proyectos de libertad religiosa y se apoyó una cuarta iniciativa elaborada en el ámbito de la Cámara de Diputados, que no tuvo trámite favorable por falta de acuerdo entre las federaciones que agrupan a las iglesias.
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