Por: Pr. Dawlin A. Ureña*
Con la creciente violencia vivida en Estados Unidos y en Israel en los días recientes, mucha gente ha estado preguntándose si este problema que enfrenta el mundo organizado con el terrorismo podría complicarse y llegar a un punto tal que dé inicio a la primer fase de la Guerra de Armagedón.
En pos del mejor esclarecimiento de algunos conceptos de fondo que utilizaremos, iniciemos este artículo con un repaso profético de lo que la Biblia profetiza para los tiempos de los grandes imperios mundiales.
Daniel identifica el primer imperio mundial, cuando en Daniel 2:37-38 dice:
"Tú, oh rey, eres rey de reyes porque el Dios de los cielos te ha dado la realeza, el poder, la fuerza y la majestad. Todo lugar donde habitan los hijos del hombre, los animales del campo y las aves del cielo, él los ha entregado en tus manos y te ha dado dominio sobre todos ellos. Tú eres aquella cabeza de oro." (Daniel 2:37-38).
En este pasaje, Daniel interpreta la primera parte de su profecía y continúa:
"Después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo, y otro tercer reino de bronce, el cual dominará en toda la tierra. El cuarto reino será fuerte como el hierro; y como el hierro todo lo desmenuza y pulveriza, y como el hierro despedaza, así desmenuzará y despedazará a todos éstos." (Daniel 2:39-40).
Daniel claramente interpreta cuáles reinos él se encuentra profetizando. Son cuatro reinos que "reinarán sobre la tierra" desde el punto de vista de Dios. Se nos dice en los versos 37 y 38 que el primer imperio es Babilonia. Además se nos agrega el nombre de los otros reinos, hasta llegar al cuarto reino de los mencionados: el Imperio Romano. Este último reino romano, que es una mezcla de hierro y barro cocido, tiene una segunda fase. Es representado por los pies de la estatua y por los diez dedos, que son parte hierro y parte barro cocido. No es un reino nuevo, sino una extensión del cuarto reino simbolizado por las patas de hierro.
El quinto reino es el que instaurará el Mesías. Él destruirá todos los demás reinos que el hombre haya formado cuando Él establezca el suyo. Daniel anuncia:
"Y en los días de esos reyes, el Dios de los cielos levantará un reino que jamás será destruido, ni será dejado a otro pueblo. Este desmenuzará y acabará con todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre…" (Daniel 2:44).
Casi treinta años más tarde, Daniel recibe otra revelación acerca de los mismos cuatro imperios terrenales. Esta vez cada reino es representado por símbolos de animales. Esto revela cómo Dios ve la naturaleza de cada uno de estos imperios humanos. Son como voraces animales para Dios.
Se nos proporciona más información acerca del cuarto reino en la visión del capítulo 7 de Daniel. La visión sobre el cuarto reinado fue tan tremenda, que impresionó a Daniel profundamente. Él nos dice:
"Me acerqué a uno de los que estaban de pie y le pregunté la verdad acerca de todo esto. Él me habló y me dio a conocer la interpretación de las cosas: 'Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra. Pero los santos del Altísimo tomarán el reino y lo poseerán por los siglos y por los siglos de los siglos.'"
Daniel quedó especialmente intrigado con el significado del cuarto reino y su levantamiento de una forma diferente, poco antes del establecimiento definitivo del reinado del Mesías. Daniel también quería saber acerca del poderoso líder que aparece y establece el poderoso cuarto reino.
Es ampliamente conocido quiénes son el Segundo y el Tercer reino: El Imperio Medo-Persa y el Imperio Greco-Macedonio respectivamente. En una revelación asombrosa por su exactitud, se nos dice que el segundo de estos reinos (Medo-Persa), simbolizado por un carnero con dos cuernos de repente destruiría al primer imperio, que era Babilonia. Luego se nos dice que el carnero sería destruido por un macho cabrío que vendría del oeste (la Grecia de Alejandro Magno) con gran furia en sus ojos. Este estaría caracterizado por un cuerno en medio de sus ojos.
Dios procede a revelar lo siguiente:
"En cuanto al carnero que has visto, que tenía cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. El macho cabrío es el rey de Grecia. Y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el primer rey. El cuerno que ha sido quebrado, y en cuyo lugar han aparecido cuatro cuernos, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación; pero no con la fuerza de él." (Daniel 8:20-22).
Hemos hecho este resumen para realzar algo importantísimo. Lo más asombroso de todas estas profecías es el hecho de que Dios predijo que estas cosas sucederían durante el tiempo cuando el imperio de Babilonia era aún la fuerza más poderosa sobre la tierra. Eso sería equivalente a profetizar hoy día que Estados Unidos será derrotado por Cuba dentro de los próximos 15 años. ¿Quién pondría crédito alguno a tal profecía?
Estados Unidos, tal y como lo fue Babilonia, es el país más poderoso sobre la tierra. Su poderío y su fortaleza se creían invencibles. Las defensas de la ciudad se consideraban inexpugnables. Pero….¿Quién es más poderoso que Jehová?
Dios ha bendecido a Estados Unidos de una manera especial. Sin embargo, este país se empecina en expulsar al Dios de Israel de la paleta pública, de las escuelas, de las instituciones gubernamentales, de todo lugar donde se pueda ofender a alguien, se ha expulsado, no a la persona ofendida, sino a Dios.
Después de los terribles actos terroristas del 11 de septiembre del 2001, mucha gente ha recurrido al espiritualismo, pero por respecto a la pluralidad y a la diversidad se ha igualado y se ha relegado al Señor Jesucristo al nivel de Mahoma, Buda, Dalai Lama, etc. ¿Es que no entenderemos nunca que si Dios retira su protección de esta tierra estamos condenados al fracaso?
Esta nación es culpable de muchos pecados, pero la bofetada que se le está dando a Dios en muchas maneras es lo que podría resultar el colmo y podría derrumbar el apoyo dado por Dios a Estados Unidos. De todas maneras, algo tiene que suceder para que el poder hegemónico estadounidense sea reducido y sean los europeos quienes se vean compelidos a tener que negociar la paz entre palestinos e israelíes. A no ser que nos arrepintamos, creo que este conflicto contra el terrorismo, tanto americano como israelí, de alguna manera, podría llegar a complicarse y dar al traste con la hegemonía norteamericana.
Los analistas contemporáneos a Daniel de seguro daban por sentada la invulnerabilidad de Babilonia. Pero Dios usó a otro pueblo para destruirla. Cuando a Dios se le acaba la paciencia con una nación, la cosa se pone fea. De acuerdo con las profecías bíblicas Estados Unidos no jugará un papel protagónico en Armagedón, y ese es un indicio claro de que algo sucederá que colocará este imperio de rodilla. ¡Yo creo que la fruta está más que madura!
Note como 19 simples terroristas musulmanes mataron más americanos que las fuerzas armadas combinadas japonesas el 7 de diciembre de 1941. La operación total de estos terroristas le costó unos $400,000 dólares, y sin embargo la conmoción económica causada sólo en Estados Unidos ha costado más de 500 mil millones de dólares en pérdidas, miles de empleos perdidos, miles de compañías buscando la protección de la banca rota, y el efecto dominó se ha hecho sentir en todo el mundo. La economía está en una situación decadente y las repercusiones contrarias se han sentido desde Hawai a Noruega, desde Los Ángeles a Madagascar. ¿Acaso no es tiempo ya de que este país, y todos nosotros los hispanos, cuyas economías tanto dependen de la americana, retornemos al Dios de Abraham, Isaac y Jacob? ¿Acaso no es tiempo ya de que reclamemos a América para Cristo?
Dios no causó está atrocidad, ¡lo único que Él tuvo que hacer fue no evitarla! Si Dios no hubiera controlado el mal, yo creo que Estados Unidos hubiese sido destruido hace décadas. Hace unos años, el Rev. Billy Graham dijo: "Si Dios no castiga a Estados Unidos pronto, Él va a tener que disculpársele a Sodoma y a Gomorra", en referencia a la decadencia de los valores morales y al derroche lascivo que constantemente caracteriza a este país.
Pero las buenas noticias están siempre a la puerta para el justo. Note cómo, aunque todo el Imperio Babilónico fue totalmente arrasado, el Pueblo de Dios fue salvado de la destrucción, y contrario a las costumbres de esos tiempos, el nuevo reinado fue más justo con el Pueblo de Israel, que se encontraba esclavizado en Babilonia, que el anterior. Dios libró a su pueblo de la destrucción que cayó sobre los orgullosos babilónicos y es mi opinión, que a través del Rapto de la Iglesia, Dios muy pronto una vez más librará a su Pueblo de la destrucción que ineludiblemente se avecina.
¡Ah! ¡Si aprendiéramos de las lecciones históricas que nos proporciona la Biblia!
Sitio web de "Ministerios Antes del Fin":
http://antesdelfin.com
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