KARNATAKA, India (CBN News / MundoCristiano.tv) Según la Organización Internacional del Trabajo, cerca de 250 millones de niños con edades entre los cinco y catorce años son forzados a trabajar en los países en desarrollo.
Casi la mitad de ellos sacrifican sus estudios para trabajar a tiempo completo. Ellos son, en esencia, niños a quienes les están robando su futuro.
Se les ve en casi todas partes de las grandes ciudades de la India: niños pobres, indigentes, viven y pasan el tiempo en las calles. Algunos logran conseguir suficiente dinero para comprar un plato de arroz.
LOS NIÑOS DE BANGALOR
La creciente economía está creando nuevas riquezas y oportunidades en la India. Pero según el director del Concilio Global de Indios cristianos, en ciudades como Bangalor, miles de niños y adolescentes no se benefician del éxito económico.
“Tenemos unos 800 mil huérfanos, niños callejeros y niños que trabajan casi como esclavos. Es un gran número solo en la ciudad de Bangalor. Y les están robando su niñez y su juventud”.
Niños como Sangeetha de doce años. A la edad de nueve años, enrollaba palitos de incienso en vez de asistir a la escuela. Se ganaba el equivalente a 20 centavos de dolar al día: “No me gustaba… me dolian las manos, tenía fiebre y tos, me sentia muy triste”.
“En primer lugar, para los palitos de incienso usan químicos y no usan guantes, niguna medida para protegerse. Son catorce o quince horas diarias de trabajo y a veces más. Y aparte de eso, muchas de las niñas son abusadas por quienes las emplean, que no consideran un delito sino un derecho, como miembros de una casta superior, abusar a estas mujeres”.
“LOS INTOCABLES”
Muchos de los niños son Dalits – conocidos como ‘los intocables’ – la clase más baja del sistema indio de castas. Pobres y sin educación, los niños Dalit están atrapados en una cultura callejera de drogas, delincuencia y prostitución.
Entre los indigentes en Bangalor están los niños Kumar y David y Priah viven bajo una cubierta que no es nada más que bambú y unas bolsas de grano. Pero hay esperanza para estos niños, un ministerio cristiano les provee educación.
Algunos de los niños pobres reciben educación y orientación vocacional en la Fundación Yuválok. Este ministerio cristiano empezó hace diez años para alcanzar a los recogedores de desechos. Estos son los niños que escarban en la basura buscando botellas y otras cosas reciclables.
Hoy 260 niños de tres a cinco años de edad asisten a clases en Yuválok. 150 niños mayores reciben capacitación del proyecto laboral para niños. Algunos viven en este lugar y todos reciben atención médica, comida y enseñanza espiritual.
D.P. Daniel de la Fundación Yuvalok dice: “No estamos conformes con lo que estamos haciendo. Si, por la gracia de Dios, la gente viene y dice que hacemos una buena obra, pero hay miles de niños que todavia no han escuchado que Jesús les ama. Queremos que esta vision salga a toda la iglesia y que cada cristiano asuma su responsabilidad de ministrar a los pobres”.
La joven Sangeetha dice que está feliz porque está en una aula en vez de en la calle: “Me gusta mi maestra. Estudio mucho ahora. Soy una buena alumna”.
Sangeetha es optimista en cuanto a su futuro y dice que estudiará para llegar a ser una ingeniera en computación.
Una inversión cristiana en las vidas de niños indios – que estarían en las calles – les da esperanza y un futuro y hace que vuelvan a sus comunidades y a sus familias y les cuentan lo que Dios esta haciendo en sus vidas”.
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