Catedral evangélica de Oslo, durante el culto en memoria de los 93 fallecidos. |
Cerca de un 90 por ciento de los noruegos pertenece a la iglesia evangélica o protestante (el 86% a la luterana oficial), mientras que los católicos representan un dos por ciento de una población total de casi cinco millones de personas.
El primer ministro noruego Jens Stoltenberg encabezó el servicio religioso, al que también asistieron los reyes Harald V de Noruega y su esposa, la reina Sonia, así como miembros del gobierno, sobrevivientes y familiares de las víctimas, según el diario noruego 'VG'.
Además, miles de personas rodearon la catedral, en medio de un silencio absoluto, entre las que se entremezclaban turistas y curiosos con semblante de dolor.
El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, habla durante el culto. |
PARTICIPACIONES
Tras reiterar que ha sido 'el peor golpe desde la Segunda Guerra Mundial', el jefe del gobierno dijo a los dolientes que a dos días de los ataques se siente 'una eternidad', pues han sido horas, días y noches llenas de conmoción, angustia y llanto. 'Hoy lloramos vuestra pérdida, hoy, queremos pararnos y recordar a los muertos, compartir nuestro dolor, entre nosotros, 93 personas han perdido la vida, muchos están aún desaparecidos', reconoció.
'Cada una de las víctimas es una tragedia', indicó el primer ministro noruego, quien aseguró que la respuesta del país al doble atentado va ser 'más democracia, más humanidad, pero sin ingenuidad'.
'En medio de toda esta tragedia estoy orgulloso de vivir en un país que es capaz de mantenerse unido y en pie en un momento como este. Estoy impresionado por la fuerza, la firmeza que ha demostrado la gente', indicó.
Miembros afligidos del público se abrazan afuera de la catedral de Oslo. |
En el interior de la catedral, el obispo luterano de Oslo, Ole Christian Kvarme, recordó a los fallecidos: 'Estamos reunidos por el luto y el pesar', dijo a los participantes en el servicio religioso.
ACTIVIDAD POLICIAL
Mientras Noruega rinde homenaje a las 93 víctimas mortales en la catedral de Oslo, la policía ha puesto en marcha una operación antiterrorista en la ciudad en busca de explosivos o de personas que pudieron habérselos suministrado al autor confeso Anders Behring Breivik.
Los agentes detuvieron a seis personas, pero poco después las pusieron en libertad al comprobar que no tenían relación con los atentados.
La policía sigue interrogando al ultraderechista Breivik, quien ha confesado que actuó en solitario, tanto en el atentado ante la sede del gobierno en Oslo como en la posterior masacre en la isla de Utoya, que han dejado 93 muertos, 97 heridos y varios desaparecidos.
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