Ecuatorianos orando con los refugiados colombianos. |
CARCHI, Ecuador (CBN News / Mundo Cristiano) La violencia en Colombia ha provocado que familias enteras huyan a ciudades fronterizas.
En Ecuador, sólo la ciudad de Tulcán acoge a unos 800 colombianos que buscan el estatus de refugiados. Su permanencia en esa ciudad obliga a autoridades, organizaciones y a la comunidad cristiana a tomar acciones que le permitan a esas familias encontrar un momento de paz.
Mujeres, hombres y niños victimas del conflicto interno que vive Colombia, cruzan las fronteras buscando protección. Muchos huyen con lo que apenas llevan puesto.
Rolando Jiménez, un refugiado colombiano dijo, “Yo vivía en una parte montañosa, ahí siempre iba el ejército y a mi me dio miedo que de pronto haya un enfrentamiento, yo tengo mi esposa y mis dos niños y por temor a eso yo salí para acá.”
Las ciudades fronterizas se convierten en un primer refugio, en el caso de Ecuador, Tulcán es una de las puertas de ingreso. Según estadísticas de la dirección de refugiados, existen un promedio de 54 mil ciudadanos en calidad de protegidos, de ellos un 98,4 % son colombianos.
“Un numero de unas 800 personas, están adquiriendo diferentes beneficios, tanto en lo que es atención psico-social y apoyo médico”, dijo el Representante de refugiados en Ecuador, Oscar Villareal.
Autoridades gubernamentales, ONGs y la comunidad cristiana desarrollan un trabajo conjunto con el fin de brindar un momento de paz a estas personas. Seminarios, actividades recreativas son parte de la terapia que ofrecen.
Santiago Guerrero, un expositor de talleres para refugiados dice que los “talleres servirán para que se integren en el arte y también para que socialicen y se hagan amigos con los ecuatorianos.”
Según el Pastor Pedro Suárez, miembro de la comunidad Centro de Adoración Cristiana, su misión es ayudar a familias víctimas del conflicto colombiano. Cuando estas personas llegan a Tulcán en busca de refugio, este grupo de hermanos cristianos colaboran de forma económica y espiritual.
“Ya que no es mi casa, ya que no es mi casa, ya que estoy en crisis. Entender que por sobre todo esto hay un Dios que conoce al refugiado”, dijo el pastor.
Y es que, con el fin de encontrar tranquilidad, las familias victimas de la violencia buscan un espacio seguro para vivir, por ello su objetivo es adentrarse a ciudades céntricas del Ecuador.
José Ignacio Martínez, miembro de la iglesia cristiana que trabaja en el gobierno provincial del Carchi, dice que hasta su oficina llegan varios ciudadanos colombianos con el fin de solicitar ayuda para conseguir el estatus de refugiados.
Este espacio, asegura, le ha permitido llegar a estas personas con el evangelio, “principalmente comenzamos hablándoles de Dios directamente y se muestran muy receptivos en el tema en el mensaje, no se cierran”, dijo.
Johana Vásquez refugiada dice, “gracias a Dios a mi me dieron una acogida muy linda, nos han apoyado bastante desde el momento en que hemos llegado, yo ya llevo un año seis meses.”
Los ciudadanos colombianos en condición de refugiados en el Ecuador afirman que muchas veces su permanencia en este país se torna complicada porque existe el rechazo de las personas.
“Lo miran mal a uno, a veces lo insultan cuando uno trata de ser amigo. Les da miedo que uno los dañe por ser colombiano”, comentó Cristian Londoño, un refugiado colombiano.
El representante de los refugiados en Ecuador, indica que nivel general la población colombiana ha sido menoscabada por algunos sectores, y que por ello trabajan en el tema de la no discriminación y la xenofobia, porque afectan directamente a las personas refugiadas y migrantes.
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