WASHINGTON, Estados Unidos (CBN News / Mundo Cristiano) "Al contrario de lo que se lee habitualmente en los periódicos, no soy el candidato católico a la presidencia. Soy el candidato del Partido Demócrata a la presidencia, que resulta que también es católico".
Con estas palabras pronunciadas en la campaña de las elecciones presidenciales estadounidenses de 1960, el entonces candidato John F. Kennedy intentaba despejar los temores -especialmente entre los votantes de iglesias evangélicas (protestantes)- de que su Catolicismo pudiera afectar su toma de decisiones.
La estrategia funcionó y Kennedy acabó convirtiéndose en el primer católico -y único hasta la fecha- en acceder a la Casa Blanca.
En contra de lo que se pudiera pensar, medio siglo después de la victoria del demócrata, el debate sobre la afiliación religiosa de los candidatos sigue estando de actualidad en Estados Unidos y las creencias de los aspirantes nunca antes fueron tan escrutadas como ahora.
Tan solo hay que prestar atención a la polémica surgida en torno al favorito para hacerse con la nominación republicana de cara a las presidenciales de 2012, Mitt Romney, quien pertenece a la Iglesia Mormona.
Los expertos coinciden en que el hecho de que Romney forme parte de esa iglesia le presenta un desafío en las primarias de su partido, ya que muchos de los votantes en ese proceso -particularmente los cristianos evangélicos- ven con escepticismo la posibilidad de elegir a un candidato mormón.
Ello se debe a que evangélicos y mormones mantienen importantes diferencia teológicas y, pese a que ambos grupos tienen posiciones similares en asuntos como el aborto o el matrimonio gay, las encuestas señalan que los primeros preferirían votar por uno de los suyos o por un católico antes que por un mormón.
EL ASCENSO DE LA DERECHA RELIGIOSA
"En esa época muchos evangélicos (protestantes) conservadores no estaban de acuerdo con la dirección que había tomado el país. Pensaban que su estilo de vida estaba amenazado por una sociedad moderna más secular. A partir de entonces se volvieron más activos en la vida política", dijo Dennis Goldford, profesor de política en Universidad Drake.
"La importancia de la religión en las primarias republicanas ha existido desde hace décadas", añade Goldford.
"Ronald Reagan -quien no era particularmente religioso- durante su campaña de 1980 se reunió con un grupo de pastores bautistas y les dijo: 'Ya sé que ustedes no pueden darme su apoyo, pero yo los apoyo a ustedes'".
"George W. Bush también adoptó un perfil religioso en el 2000. Durante un debate le preguntaron que cuál era su filósofo político favorito y dijo: 'Jesucristo, porque cambió mi vida'. Con esa respuesta estaba diciéndole a una parte del electorado que era uno de de los suyos", explica Goldford.
Los analistas coinciden en que en la actualidad los candidatos republicanos no tienen ninguna posibilidad de salir victoriosos en las primarias a no ser que cortejen a los miembros de las diferentes denominaciones religiosas con derecho a voto.
De ahí que todos los aspirantes hablen abiertamente del papel que la fe juega en sus vidas y que participen en actos como el debate celebrado en noviembre pasado en Des Moines, Iowa, que giró en exclusiva en torno a las creencias religiosas de los postulantes.
La cosecha de candidatos republicanos que aspiran a medirse a Barack Obama en las presidenciales de noviembre es diversa, con evangélicos (Michelle Backman y Rick Perry), católicos (Newt Gingrich y Rick Santorum) y mormones (Mitt Romney y Jonh Hunstman) enfrentándose los unos a los otros.
APOYO CLAVE
"Los votantes religiosos en las primarias republicanas son muy numerosos y contar con su apoyo es clave para hacerse con la nominación del partido, especialmente en un año como este en el que hay muchos candidatos", le dijo a BBC Mundo John Green, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Akram, en Ohío.
Según Green, "esos votantes se toman su fe muy en serio y les gusta votar por candidatos que profesan sus mismas creencias y, si no es así, que concuerden con ellos en asuntos clave como el aborto o el matrimonio gay".
De entre esos votantes religiosos, los que tienen un papel más relevante en las primarias republicanas son los cristianos evangélicos, la rama más numerosa del protestantismo en EE.UU.
"Los conservadores evangélicos blancos son un elemento muy importante del partido, especialmente en los estados del sur y el medio oeste del país", explica Dennis Goldford.
"Casi un 80% de ellos vota por los republicanos, porque ponen el énfasis las llamadas cuestiones sociales y morales. Están opuestos al matrimonio gay, al aborto, a la investigación con embriones…"
Según Goldford, los evangélicos "no son lo suficientemente importantes como para que un candidato gane tan solo con su apoyo, pero si son lo suficientemente relevantes como para que un candidato no pueda vencer sin su apoyo".
Jonh Green coincide en resaltar la influencia de los evangélicos, aunque señala que hay otras denominaciones cristianas que tienen cierta ascendencia, como los protestantes de línea tradicional y los católicos conservadores.
En el caso de estos últimos, su voto suele estar más fragmentado entre el Partido Republicano y el Partido Demócrata.
"Los católicos son el mayor grupo religioso individual del país, con un 25% del total. Un tercio de ellos son votantes de origen hispano que, pese a ser bastante conservadores en cuestiones sociales, suelen votar más a los demócratas", comenta Green.
"Entre los católicos blancos hay muchas divisiones. Los más conservadores cada vez más votan por los republicanos por cuestiones como el aborto o el matrimonio gay, mientras que los más liberales siguen siendo mayoritariamente demócratas", señala.
PREOCUPACIÓN
Pero si bien en EE.UU. el escrutinio de la fe de los aspirantes a un cargo público es algo habitual desde hace décadas, algunos grupos han expresado su preocupación por la creciente importancia que se le da a las creencias de los candidatos y la influencia que ejercen determinadas iglesias.
"El problema del triunfo de los cristianos evangélicos no es tan solo que hagan avanzar su agenda, sino también su revisionismo histórico. Quieren hacernos creer que la cuestión de la separación de iglesia y Estado es un mito y que somos una nación cristiana", señala David Silverman, presidente de la Asociación de Ateos de EE.UU.
"Están utilizando su religión para acabar con la ley constitucional y poner por encima la Biblia", le dijo Silverman a BBC Mundo.
"Las iglesias dan dinero a los republicanos, lo que les hace importantes dentro del partido", opina.
Por su parte, el profesor Dennis Goldford recuerda que la Constitución de EE.UU. "determina que no puede haber una prueba de religión para acceder a un cargo y no hay ninguna ley que diga que se deba ser miembro de una iglesia concreta".
En su opinión, "toda esta conversación alrededor del Cristianismo lo que acaba haciendo es alejar a los votantes más moderados".
"ARMA DE DOBLE FILO"
Y es que en el seno del propio Partido Republicano existe un grupo de votantes que está tradicionalmente más orientado a las cuestiones relacionadas con la economía y el rol del gobierno federal y que consideran que el poder que tienen los conservadores religiosos en el seno de la formación ha tenido un efecto negativo.
De ahí que surja la pregunta sobre las consecuencias que la retórica religiosa de los candidatos puede tener sobre los votantes más moderados.
"Puede ser un arma de doble filo", asegura John Green.
"Pueden ayudar a movilizar a los votantes más religiosos pero pueden alienar a los que no están interesados en cuestiones relacionadas con la fe".
Según Green, "un fenómeno persistente en la política estadounidense es que los llamados que los candidatos hacen en las primarias se les pueden volver en contra cuando se dirigen a una masa de votantes más general y eso sobre todo pasa con los asuntos religiosos, especialmente en la era de internet y YouTube, en la que los contrincantes pueden utilizar las declaraciones de sus rivales en los anuncios de TV".
Se trata pues de una situación difícil para los candidatos, que deben ganarse la nominación de su partido adoptando posiciones que pueden acabar persiguiéndoles en unas elecciones generales.
"Al final esa es la manera de descubrir el talento de los candidatos", señala Green.
Con estas palabras pronunciadas en la campaña de las elecciones presidenciales estadounidenses de 1960, el entonces candidato John F. Kennedy intentaba despejar los temores -especialmente entre los votantes de iglesias evangélicas (protestantes)- de que su Catolicismo pudiera afectar su toma de decisiones.
La estrategia funcionó y Kennedy acabó convirtiéndose en el primer católico -y único hasta la fecha- en acceder a la Casa Blanca.
En contra de lo que se pudiera pensar, medio siglo después de la victoria del demócrata, el debate sobre la afiliación religiosa de los candidatos sigue estando de actualidad en Estados Unidos y las creencias de los aspirantes nunca antes fueron tan escrutadas como ahora.
Tan solo hay que prestar atención a la polémica surgida en torno al favorito para hacerse con la nominación republicana de cara a las presidenciales de 2012, Mitt Romney, quien pertenece a la Iglesia Mormona.
Los expertos coinciden en que el hecho de que Romney forme parte de esa iglesia le presenta un desafío en las primarias de su partido, ya que muchos de los votantes en ese proceso -particularmente los cristianos evangélicos- ven con escepticismo la posibilidad de elegir a un candidato mormón.
Ello se debe a que evangélicos y mormones mantienen importantes diferencia teológicas y, pese a que ambos grupos tienen posiciones similares en asuntos como el aborto o el matrimonio gay, las encuestas señalan que los primeros preferirían votar por uno de los suyos o por un católico antes que por un mormón.
EL ASCENSO DE LA DERECHA RELIGIOSA
"En esa época muchos evangélicos (protestantes) conservadores no estaban de acuerdo con la dirección que había tomado el país. Pensaban que su estilo de vida estaba amenazado por una sociedad moderna más secular. A partir de entonces se volvieron más activos en la vida política", dijo Dennis Goldford, profesor de política en Universidad Drake.
"La importancia de la religión en las primarias republicanas ha existido desde hace décadas", añade Goldford.
"Ronald Reagan -quien no era particularmente religioso- durante su campaña de 1980 se reunió con un grupo de pastores bautistas y les dijo: 'Ya sé que ustedes no pueden darme su apoyo, pero yo los apoyo a ustedes'".
"George W. Bush también adoptó un perfil religioso en el 2000. Durante un debate le preguntaron que cuál era su filósofo político favorito y dijo: 'Jesucristo, porque cambió mi vida'. Con esa respuesta estaba diciéndole a una parte del electorado que era uno de de los suyos", explica Goldford.
Los analistas coinciden en que en la actualidad los candidatos republicanos no tienen ninguna posibilidad de salir victoriosos en las primarias a no ser que cortejen a los miembros de las diferentes denominaciones religiosas con derecho a voto.
De ahí que todos los aspirantes hablen abiertamente del papel que la fe juega en sus vidas y que participen en actos como el debate celebrado en noviembre pasado en Des Moines, Iowa, que giró en exclusiva en torno a las creencias religiosas de los postulantes.
La cosecha de candidatos republicanos que aspiran a medirse a Barack Obama en las presidenciales de noviembre es diversa, con evangélicos (Michelle Backman y Rick Perry), católicos (Newt Gingrich y Rick Santorum) y mormones (Mitt Romney y Jonh Hunstman) enfrentándose los unos a los otros.
APOYO CLAVE
"Los votantes religiosos en las primarias republicanas son muy numerosos y contar con su apoyo es clave para hacerse con la nominación del partido, especialmente en un año como este en el que hay muchos candidatos", le dijo a BBC Mundo John Green, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Akram, en Ohío.
Según Green, "esos votantes se toman su fe muy en serio y les gusta votar por candidatos que profesan sus mismas creencias y, si no es así, que concuerden con ellos en asuntos clave como el aborto o el matrimonio gay".
De entre esos votantes religiosos, los que tienen un papel más relevante en las primarias republicanas son los cristianos evangélicos, la rama más numerosa del protestantismo en EE.UU.
"Los conservadores evangélicos blancos son un elemento muy importante del partido, especialmente en los estados del sur y el medio oeste del país", explica Dennis Goldford.
"Casi un 80% de ellos vota por los republicanos, porque ponen el énfasis las llamadas cuestiones sociales y morales. Están opuestos al matrimonio gay, al aborto, a la investigación con embriones…"
Según Goldford, los evangélicos "no son lo suficientemente importantes como para que un candidato gane tan solo con su apoyo, pero si son lo suficientemente relevantes como para que un candidato no pueda vencer sin su apoyo".
Jonh Green coincide en resaltar la influencia de los evangélicos, aunque señala que hay otras denominaciones cristianas que tienen cierta ascendencia, como los protestantes de línea tradicional y los católicos conservadores.
En el caso de estos últimos, su voto suele estar más fragmentado entre el Partido Republicano y el Partido Demócrata.
"Los católicos son el mayor grupo religioso individual del país, con un 25% del total. Un tercio de ellos son votantes de origen hispano que, pese a ser bastante conservadores en cuestiones sociales, suelen votar más a los demócratas", comenta Green.
"Entre los católicos blancos hay muchas divisiones. Los más conservadores cada vez más votan por los republicanos por cuestiones como el aborto o el matrimonio gay, mientras que los más liberales siguen siendo mayoritariamente demócratas", señala.
PREOCUPACIÓN
Pero si bien en EE.UU. el escrutinio de la fe de los aspirantes a un cargo público es algo habitual desde hace décadas, algunos grupos han expresado su preocupación por la creciente importancia que se le da a las creencias de los candidatos y la influencia que ejercen determinadas iglesias.
"El problema del triunfo de los cristianos evangélicos no es tan solo que hagan avanzar su agenda, sino también su revisionismo histórico. Quieren hacernos creer que la cuestión de la separación de iglesia y Estado es un mito y que somos una nación cristiana", señala David Silverman, presidente de la Asociación de Ateos de EE.UU.
"Están utilizando su religión para acabar con la ley constitucional y poner por encima la Biblia", le dijo Silverman a BBC Mundo.
"Las iglesias dan dinero a los republicanos, lo que les hace importantes dentro del partido", opina.
Por su parte, el profesor Dennis Goldford recuerda que la Constitución de EE.UU. "determina que no puede haber una prueba de religión para acceder a un cargo y no hay ninguna ley que diga que se deba ser miembro de una iglesia concreta".
En su opinión, "toda esta conversación alrededor del Cristianismo lo que acaba haciendo es alejar a los votantes más moderados".
"ARMA DE DOBLE FILO"
Y es que en el seno del propio Partido Republicano existe un grupo de votantes que está tradicionalmente más orientado a las cuestiones relacionadas con la economía y el rol del gobierno federal y que consideran que el poder que tienen los conservadores religiosos en el seno de la formación ha tenido un efecto negativo.
De ahí que surja la pregunta sobre las consecuencias que la retórica religiosa de los candidatos puede tener sobre los votantes más moderados.
"Puede ser un arma de doble filo", asegura John Green.
"Pueden ayudar a movilizar a los votantes más religiosos pero pueden alienar a los que no están interesados en cuestiones relacionadas con la fe".
Según Green, "un fenómeno persistente en la política estadounidense es que los llamados que los candidatos hacen en las primarias se les pueden volver en contra cuando se dirigen a una masa de votantes más general y eso sobre todo pasa con los asuntos religiosos, especialmente en la era de internet y YouTube, en la que los contrincantes pueden utilizar las declaraciones de sus rivales en los anuncios de TV".
Se trata pues de una situación difícil para los candidatos, que deben ganarse la nominación de su partido adoptando posiciones que pueden acabar persiguiéndoles en unas elecciones generales.
"Al final esa es la manera de descubrir el talento de los candidatos", señala Green.
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